El propietario del ?Bikini Beach? pide la dimisión de Carmen Ocaña

La incontinencia verbal de la concejal de Playas, Carmen Ocaña, con el anuncio de una sanción de 240.000 euros de Costas, un expediente sancionador por parte del Ayuntamiento y una orden de derribo de parte del chiringuito ‘Bikini Beach’ ha derivado en la petición de dimisión de su cargo por parte del propietario de esa instalación que, además, han asegurado que no existe ninguna sanción de Costas por lo que, afirman, "no entendemos por qué esta señora la ha tomado con nosotros sin haber hablado nunca con ella y menos aún habernos notificado nada" y asegurando que “todo lo que dice esta señora es falso”. Por ello, entiende que Carmen Ocaña ha utilizado su cargo público "para desprestigiar e intentar hundir a los pocos empresarios que al día de hoy damos puestos de trabajo" y solicitaba, mediante un escrito presentado por Registro de Entrada del Ayuntamiento, la dimisión de la edil "por bocazas".
Así, Enrique González, afirma que  "es una vergüenza que alguien así, amparándose en un cargo público, en ser miembro del equipo de Gobierno, pueda hacer el daño que ha hecho y no pase nada", aunque también cree que puede haber un trasfondo político en todo este tema porque "desde que reclamé lo que me debía el PSOE estoy sufriendo una persecución que, espero, no siga y que ahora se dediquen a retirarme la concesión de las papeleras, que es lo único que les queda".
Para el empresario, la actuación de Carmen Ocaña ha dejado claro que "cualquiera puede ser miembro del equipo de Gobierno y puede acusar sin pruebas".

Respaldo de valadez

La edil ha reconocido que fue "un error por mi parte comunicar a los medios que se había impuesto una sanción cuando aún no tenía la documentación" y ponía su cargo "a disposición del alcalde si le he podido perjudicar políticamente".
El primer edil, David Valadez, ha aplaudido a su compañera de gobierno porque, decía,  "es muy loable que un político pida disculpas públicamente por un error" a la vez que aseguraba que tanto él como el gobierno respaldaban la labor de Ocaña.