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Andalucía

Consigna para el 26J: una campaña ‘low cost’

Los grandes partidos barajan recortes de entre el 33% y el 50% en el gasto: menos banderolas y mítines más pequeños, pero el envío de papeletas no se toca

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  • La campaña, más austera -

Hay al menos dos puntos en los que confluyen todos los partidos andaluces en la senda que conduce al 26J: la responsabilidad por tener que concurrir de nuevo a las urnas es siempre del contrincante, nunca de uno mismo, y resignados a ello la campaña será por pura definición más austera que la aún reciente de diciembre. Lo primero es fruto del runrún propagandístico que alimentan las maquinarias ideológicas desde hace meses y lo segundo una consigna interiorizada y avanzada ya en público.    

Habrá campaña sin dispendios ni excesos, fiel al estilo low cost que según los sociólogos ha permitido mantener a flote a la vapuleada clase media en los peores tramos de la crisis. Los partidos andaluces al menos coinciden ya en algo: son conscientes de que en la región que arrastra más desempleo y más desigualdad social es complicado justificar otro millonario derroche que, en buena parte, corre por cuenta del Estado y por tanto de la caja común de todos los ciudadanos. Hay, además, otro argumento de peso: las finanzas de algunas formaciones tampoco están para grandes alardes ni excesivos fastos.  

Para que cale, el mensaje ya está lanzado. La dirección del PSOE andaluz, por ejemplo, auguraba a principios de la pasada semana que aplicará un tijeretazo en su presupuesto de campaña de hasta el 33%, aunque todo dependerá de las directrices que recomiende Ferraz. Su gran rival (aunque quién sabe si finalmente lo será la confluencia Podemos-IU) se suma a ese buen propósito. El presidente del PP regional, Juan Manuel Moreno Bonilla, elevaba incluso el listón y apostaba un par de días después en Sevilla por reducir el gasto en publicidad y mítines en torno a un 50%.

¿De dónde recortar? La partida más sacrificada será la de cartelería y el resto de publicidad visual. Todos los partidos asumen que será complicado encontrar tantas banderolas colgadas de farolas con los rostros de los grandes candidatos. “¿Para qué si ya nos conocemos todos y son prácticamente los mismos que hace cuatro meses?”, defiende un alto cargo de la dirección del PSOE-A. También se reducirá la entrega de merchandising, desde los socorridos abanicos con logotipos hasta pines o chapas, y se alquilarán locales medianos para los mítines en lugar de grandes pabellones. 

Hay un apartado en el que nadie, sin embargo, está dispuesto a ceder: el envío de papeletas, pese a que asesta una buena dentellada al gasto. Los partidos andaluces se resisten a suprimirlas porque han constatado que hay un alto grado de fidelidad entre el electorado si el sobre se le entrega en mano días antes o se le cuela en el buzón, con especial incidencia en el medio rural. Así se evita la tentación de que elijan otro a última hora o que en las papeletas del Senado olviden hacer todas las cruces, quizás el error común más detectado.

Cómo cuadrar al máximo

Saber qué puede gastar cada partido depende, en buena medida, de la previsión de cuánto ingresará luego en subvenciones. El cálculo es complicado porque nadie está en disposición de adivinar el número de votos y escaños que obtendrá, los dos grandes parámetros que se traducen en euros, pero atinar al máximo es una obsesión.

Las ayudas tras el 20D no están cerradas porque quedan partidas por justificar, pero el caso práctico de las andaluzas de 2015  confirma que la experiencia es siempre un grado. PP y PSOE casi cuadraron su presupuesto de gasto respecto a lo que luego recibieron: los socialistas ingresaron en subvenciones 4,43 millones, casi la mitad de los 9,3 millones totales concedidos, por su condición de formación más votada. Al PP se le adjudicaron otros 3,18 millones. En ambos casos, cifras muy similares a lo que habían desembolsado.

En el polo contrario, los debutantes ignoraban cuántos diputados obtendrían, de ahí que fueron prudentes. C’s y Podemos gastaron, respectivamente, 253.000 y 400.000 euros, pero sus 9 y 15 escaños les habrían permitido recibir 1,24 y 1,85 millones. La diferencia se  la ahorró la Junta...

Recompensa por escaños y votos...

Los partidos se cuidan de desvelar sus cuentas pese a presumir de transparencia, de ahí que haya que esperar a la aprobación de las ayudas que reciben de la Administración para conocer realmente cuánto gastan en cada campaña. La del 20D aún está pendiente de justificar. Otra cosa es lo que ingresan como compensación: por el 20D percibieron 21.167,64 euros por escaño en Congreso y Senado, más 0,83 euros por cada voto logrado y otros 0,18 euros por elector en concepto de envío postal.

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