La llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa ha conllevado un replanteamiento general de los diferentes contenciosos que vienen protagonizando la vida política de este país. Condicionado de una forma evidente por los apoyos recibidos para que la moción de censura contra Mariano Rajoy prosperara,Pedro Sánchez se apresta a dar un giro al conflicto surgido con los separatistas catalanes mientras que lanza guiños por doquier a los nacionalistas vascos y a Podemos. En política exterior ha asumido un novedoso y relevante protagonismo en materia de inmigración al tiempo que queda por determinar la resolución final en torno al Brexit con el fin de conseguir una salida ordenada de Reino Unido de la Unión Europea. Por ahora, y en lo que se refiere a lo que más afecta a Andalucía como es lo que concierne a Gibraltar, todo hace indicar que se mantiene la senda seguida por el anterior ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis más proclive a la negociacion y al acuerdo antes que a la confrontación abierta que propiciaba Margallo.
En esa misma línea se ha pronunciado el presidente del Gobierno que ha situado la resolución de este desafío como una de sus principales prioridades tal y como se puso manifiesto días atrás al acordar en su primer consejo de ministros el compromiso de elaborar un Plan Integral para toda la comarca campogibraltareña. Con el as en el bolsillo del derecho a veto a toda cuestión que tenga que ver con la Roca, España se ha sumado al toque de atención dado por el Consejo de Europa a Reino Unido para que se aclare, de una vez por todas , con el fin de pactar su salida del selecto club europeo.
A la espera de ello, se percibe cierta distensión. En Gibraltar, gobernada por el socialista Fabian Picardo, saben que siempre con el PSOE en el gobierno de España se han producido notables avances en favor del entendimiento. Hay prudencia y ,al mismo tiempo, esperanza en que este cambio sirva para encontrar la mejor fórmula en los temas que ya están encima de la mesa como al futuro uso conjunto del aeropuerto, la fiscalidad y demás cuestiones de interés para las diferentes partes implicadas. Que existe una clara voluntad de llegar a acuerdos ya lo ha expresado, también, desde el nuevo titular de Exteriores, José Borrell, pasando por el flamante Delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis o la misma Junta de Andalucía que tiene lista, incluso, su propia hoja de ruta para actuar en lo que le corresponda. Con la certeza absoluta de que éste es el camino más adecuado para asegurar un futuro mejor, se abre ahora un nuevo periodo cargado de expectativas que no deben defraudarse de ninguna de las maneras. Nos conviene a todos.
