Se avecina un nuevo desencuentro entre las administraciones local y autonómica. Justo cuando el Ayuntamiento de Cádiz y el Ministerio de Fomento empiezan a coincidir en la fórmula adecuada para enlazar el segundo puente con la ciudad, surge la enésima disputa asociada a esta infraestructura. Ahora se trata del futuro tranvía metropolitano de la Bahía. Y, concretamente, del trazado que éste adoptará, una vez desemboque en la capital gaditana procedente del tercer acceso.

La alcaldesa, Teófila Martínez, ya adelantaba ayer su tajante oposición a las pretensiones de la Junta de Andalucía que, en estos momentos, baraja situar la última parada de este transporte en la plaza de España y no en la de Sevilla. Con ello persigue aumentar el número de usuarios y conectar mejor extramuros con el centro.

Pero la idea no ha sentado nada bien a la regidora, que la considera un “capricho sin sentido” de la Consejería de Obras Públicas, además de un “gasto inasumible”.

El equipo de Gobierno municipal no encuentra motivos para apoyar este planteamiento y sí muchos inconvenientes para desestimarlo. El primer argumento esgrimido estriba en la “innecesariedad” de prolongar el recorrido del tranvía, a tenor de las “distancias tan cortas” existentes en Cádiz. Lo lógico, según Martínez, es que --se venga de Chiclana o de Jerez de la Frontera, a través del puente-- el trayecto culmine en la plaza de Sevilla, al tratarse del futuro centro intermodal de comunicaciones, donde confluirán catamaranes, autobuses y trenes.

como un tren convencional
El otro hándicap que el Ayuntamiento atribuye a la opción de acercar el tranvía hasta la plaza de España tiene que ver con la “falta de espacio”, ya que el ancho de la plataforma por la que discurriría ronda los ocho metros. Esta circunstancia ocasionaría, a juicio de la alcaldesa, importantes problemas de tráfico. Máxime, cuando el dispositivo metropolitano contemplado para la Bahía no se asemeja “al transporte amable propio de ciudades europeas, como Amsterdam o Helsinki, que convive con el coche”, señaló.

Y es que, según Martínez, lo que llegará a Cádiz apenas se diferenciará del tren convencional, pues gran parte de su itinerario lo realizará por las vías ferroviarias.

De esta forma, el Ayuntamiento mueve ficha en un debate que, en la actualidad, se halla en una fase incipiente. Pero, a pesar de la contundencia empleada por la regidora, la administración encargada de acometer la obra no parece dispuesta a dar su brazo a torcer tan fácilmente. Ya ayer el consejero de Gobernación, Luis Pizarro, recomendaba al Consistorio de la capital negociar más con la Junta de Andalucía, “en vez de poner obstáculos”.

El también presidente del Consorcio para la Conmemoración del Bicentenario lamentó que, hasta la fecha, sólo se hable de la polémica concerniente al recorrido de este medio de transporte y no del significado que su puesta en marcha supondrá, en términos de movilidad, para el conjunto de la Bahía. “Me parece muy triste”, aseveró. No obstante, se mostró esperanzado en que, finalmente, “impere el diálogo y se busque el mejor trazado para que ese tranvía sea de una gran utilidad para los gaditanos”.

El entronque del segundo puente, a punto de resolverse
Las discrepancias que la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento mantienen a cuenta del tranvía contrastan con el acercamiento de posturas producido en los últimos días en torno al entronque del segundo puente. Tanto el Consistorio gaditano como el Ministerio de Fomento parecen haber dado, definitivamente, con la tecla para integrar la futura plataforma en la trama urbana de la capital gaditana.

Así lo dejó entrever ayer, al menos, la propia alcaldesa, quien aseguró que los trabajos de coordinación entre los técnicos de ambas administraciones “van muy adelantados”. Es más, Teófila Martínez señaló incluso que ya hay sobre la mesa una propuesta “bastante asumible por la ciudad”, si bien no especificó el contenido de la misma.
De sus palabras se infiere, por tanto, que el culebrón sobre la conexión del segundo puente podría tener los días contados, tras varios meses de intensa polémica.

Cabe recordar que mientras el Ayuntamiento defendía la creación de una gran rotonda, en superficie, para el reparto del tráfico por todo el entorno, el Gobierno central planteaba la elevación de la glorieta y la unión de las avenidas de la Bahía y de Las Cortes a través de un paso subterráneo.
De materializarse dicho acuerdo, quedaría desbloqueado uno de los asuntos más espinosos que hasta ahora acompañaban a este importante proyecto.