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Arcos

Arcos, de Romería

La fiesta romera pasará a la historia por la irrupción de una lluvia que no deslució la cita, sino que acabaría haciéndola más atractiva

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La Romería de este año estuvo pasada por agua, pero no fue obstáculo.

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La Romería de este año estuvo pasada por agua, pero no fue obstáculo.

La Romería de este año estuvo pasada por agua, pero no fue obstáculo.

La Romería de este año estuvo pasada por agua, pero no fue obstáculo.

La Romería de este año estuvo pasada por agua, pero no fue obstáculo.

La Romería de este año estuvo pasada por agua, pero no fue obstáculo.

La Romería de este año estuvo pasada por agua, pero no fue obstáculo.

La Romería del Santísimo Cristo del Romeral de este año pasará a la historia; en primer lugar porque ha sido la primera, que se recuerde, que se ha celebrado bajo la lluvia, lo cual no deslució en absoluto la cita festiva a pesar de la irrupción de las precipitaciones el mediodía del pasado domingo.  Una lluvia que ha sido aplaudida por las gentes del campo y también por la propia organización de la Romería, sabedora de la importancia del agua en todos los sentidos.

Los actos comenzaron la noche del sábado con el pregón oficial pronunciado por el poeta arcense Salvador Macías, quien resucitó recuerdos personales que pasan por sus abuelos, con los que solía disfrutar de la Romería. Se desplazaba desde una cercana finca familiar para oír misa en la ermita del Romeral, hoy santuario diocesano.  Era la ocasión no para rezar, sino para jugar con el resto de niños, “que era como ir de fiesta”. Pero de aquella época infantil, y ya lejana, recuerda especialmente los valores que se le quedaron grabados: “amor, perdón, misericordia, resurrección…”. Palabras de una misa de domingo con el canto de los pájaros de fondo. Del mismo modo, quiso recordar a quienes ya no están en el mundo de los vivos, pero que “nos enseñaron las tradiciones: la fe como se vive en Andalucía, con alegría, yendo al encuentro de Dios de romería”.

Salvador Macías, con la comida y los bártulos preparados simbólicamente para la gran Romería, anunció en su pregón que iría “con su gente, amigos, familia…, en busca de Cristo que todo lo ilumina, y si de camino a la tierra prometida me paro en un pozo y sorbo con gozo el bien generoso que da Santa María, evocaré los momentos de encuentro con gente de mi pueblo en la Romería. Echaré en falta a los que se fueron y en Dios la esperanza de que me los guarde en el cielo…”. “Dentro de la ermita, misa de romeros, volantes y flores, medallas y sombreros,  y la oración que Dios nos dio para rezar, el Padrenuestro…”. Su pregón tomó así un carácter religioso, como no podía ser de otro modo, en torno a eso, una fiesta cristiana.

El pregón quedó abierto por el tamborilero de la asociación, José Manuel Castellano, quien pondría así el toque típico.  Además, actuaron la arcense Lidia Soto y el grupo Flamenqueando. Tras los agradecimientos y reconocimientos propios del pregón, el público tuvo ocasión de seguir admirando cada carreta o carriola que al día siguiente partiría en romería; este año con el detalle de la bendición de las mismas a cargo del nuevo rector de la ermita, el sacerdote Samuel García Vega. La cita pregonera se vio aderezada por el buen hacer de la hermandad de Cristo Rey que este año gestionó la barra, al igual que haría el día después en pleno Pinar de la Plata.

Ya el domingo, con la lógica incertidumbre de la lluvia, la comitiva partió del recinto ferial de Arcos pasados algunos minutos de la ocho de la mañana a la espera de que llegasen los caballos que portarían el estandarte del Ayuntamiento y el banderín de la asociación convocante. La normal precaución que había que tomar con los animales provocó un mínimo, pero lógico, retraso en la salida. No obstante, ese temor a la lluvia hizo que este año fueran tal vez menos los caballos y jinetes participantes, aunque en realidad no se hizo notar en la convivencia celebrada en el pinar.

El momento más emotivo de la Romería fue la misa de romeros, donde se puso de manifiesto la importante devoción que romeros y público en general sienten hacia el pequeño Cristo de la ermita. La lluvia provocó que esta vez se celebrara en el interior de una ermita donde no cabía alma.  Asimismo, la asociación llevó a cabo su clásico concurso de carretas y carriolas, que este año han  ganado la titulada ‘A lo justo’, seguida de ‘Los del baile’ y de ‘Los romeros del Charcón’. El alcalde, Miguel Rodríguez, y su delegado de Fiestas, Francisco Pérez, se sumarían al acto.

Según testimonio de la Policía Local, no se produjo ningún hecho digno de mención que hubiera empañado la romería, salvo el colapso del tráfico que se produjo a la salida del pinar en plena tromba de lluvia. Como anécdota, del dispositivo policial compuesto por diez agentes, cinco fueron mujeres.

Desde la asociación organizadora, su vicepresidente, Antonio Muñoz, ha agradecido la gran colaboración recibida, comenzando por su reconocimiento en este sentido al Ayuntamiento de Arcos. Asimismo, destacaba el acierto del nuevo recinto de convivencia, a la entrada de la zona restaurada del pinar.

 

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