La cofrade Francisca Roldán estampó perfectamente la enorme experiencia que atesora como parte indispensable del Belén Viviente que cada año recrea Arcos por estas fechas. La hermana de San Antonio subió valientemente al escenario del teatro Olivares Veas para, con gran seguridad y aplomo, presentar el cartel oficial -obra del fotógrafo arcense Juan Mariscal- que ya anuncia el magno acontecimiento navideño que ha de tener lugar el sábado 21 de diciembre en las calles del conjunto monumental. 


Francisca Roldán fue presentada antes por su hijo José Manuel Iglesias, con quien comparte mucho más que una relación madre-hijo: intimidades de su hermandad y su gran amor por Cristo y sus misterios.


Ya en su presentación, fue desvelando los sentimientos que vive en cada representación del Belén en que ha tomado parte, siempre acompañando a su marido y a los suyos, y casi siempre haciendo de pastora. Juntos han representado durante años la enternecedora escena de Buscando posada a las puertas de las monjas mercedarias.


La presentadora se centró en los primeros compases de su intervención en revivir su infancia: “Qué de recuerdos inundan mi cabeza peleándose por ocupar un lugar privilegiado en mi memoria. Desde siempre, en mi familia, con mis padres (Manolo y Paca) y mis hermanos, en nuestra casa, vivíamos la navidad de una forma especial. Yo nací en la calle San Francisco número 6, en Navidad, un 24 de diciembre del año de la nieve. Seguramente ya mi casa olería a pestiños de los que hacía mi madre y mi padre estaría amarrando el carrizo al trapo de la zambomba. Aunque éramos pobres, nunca hubo una Navidad en la que no tuviéramos pestiños y nuestra zambomba. A pesar de las circunstancias nunca nos faltó la alegría, los villancicos y los romanceros antiguos de Arcos que mi padre nos recitaba durante toda la Nochebuena y el día de Navidad. Ya desde pequeña, mi carácter extrovertido y cariñoso, hacía que estuviera metida en todas las reuniones de niños de la calle. Cuando se aproximaba la Navidad, todos los niños y niñas de San Francisco nos íbamos animando y empezábamos a buscar cosas para montar los belenes. Quedábamos para ir al cerro a coger pititas, verdín y piedrecitas y por el serrín íbamos a la carpintería que había en el Barrio...”.


Tuvo hermosas y entrañables palabras para su barrio de San Francisco: “La calle entera era una celebración por el nacimiento del Niño Jesús. Yo recuerdo que esa tarde de Nochebuena, cuando llegaba mi padre de trabajar, con su dinerito recién cobrado, me decía: Venga Paquita, prepárate que vamos a lo de Calerito a comprar polvorones y aguardiente. ¡Allá que veníamos los dos, mi padre y yo, con esa caja de cartón con cinco kilos de polvorones. ¡Qué orgullo que traía yo por esa calle arriba!... La calle San Francisco era una fiesta...”.


Como no podía ser de otro modo, la presentadora se refirió a su participación en el Belén Viviente: “Y así, palo a palo, alpaca a alpaca y lentisco a lentisco va tomando forma parte de nuestra escena en el exterior del convento de las hermanas mercedarias mientras que en su zaguán va creándose poco a poco y detalle tras detalle nuestra entrañable posada. Posada en la que no falta año tras año esa magnífica mesa repleta de buenísimas comidas y dulces típicos. Comidas y dulces de los que, con mucho cariño, nos ocupamos las mujeres del grupo, encargándome yo de los chicharrones, la manteca colorá y de los pestiños. ¡Venga chiquillo, que son las dos de la tarde ya y a esta escena aún le falta y la tenemos que acabar! Como si de un lienzo en blanco se tratase, poco a poco, se van dibujando los trazos de esta escena...”. Una entrañable escena que la presentadora se toma muy en serio: “En mi escena, aunque nos lo tomamos con seriedad, metiéndonos en nuestro papel, también tengo que deciros que nos divertimos mucho. La posada no sólo es ornamental, sino que es allí donde vamos a comer y a beber durante la tarde para que de esta forma parezca una escena viva. No nos falta una buena telera de pan y un buen anís para calentar los cuerpos y las gargantas para poder cantar villancicos junto a la candela”.


Paqui Roldán también agradeció el trabajo del autor del cartel: “Un carismático cartel realizado a partir de una foto del magnífico y joven fotógrafo arcense Juan mariscal, presidente de FoCal..”. Sobre el cartel en sí, manifestó que “la conclusión a la que llego es que es una imagen de una familia de ahora, de este año, de este mismo día. Cuántas familias, vecinos de Arcos, compañeros nuestros, están buscando posada ahora mismo? ¿Cuántas personas castigadas por esta maldita crisis están buscando ayuda en las posadas que son los gobiernos que nos rigen? Y en todos los estamentos, como en las posadas donde se le negó el cobijo a María y a José, reciben la misma respuesta: aquí no hay cobijo”.


Para despedir su presentación, una dosis evangélica: “... Os quiero decir que la Navidad del corazón es la única Navidad. La Navidad de saber amar a Dios. La Navidad de saber amar y ayudar a la gente que nos rodea, y más en medio de esta crisis tan cruel que estamos viviendo. No olvidéis que éste es el verdadero camino que nos conduce a aquella primera Navidad de Belén. Belén que no se consigue con figuritas, sino siendo justos, solidarios y teniendo un espíritu alegre y por supuesto, mucha fe en Dios y en su hijo Jesucristo”.


Durante el acto, el autor de la fotografía que ilustra el cartel recibió una placa de manos de las autoridades locales, como también la presentadora recibió sendos presentes del Ayuntamiento y del coro de su hermandad a través de su hija Elvira.  El acto contó también con unas palabras del alcalde, José Luis Núñez, y del delegado de Fiestas, Leopoldo Pérez, quienes felicitaron a los vecinos por las inminentes navidades y aprovecharon para animar a todos a disfrutar de los actos navideños más próximos en el calendario.


Durante la presentación y también como colofón al acto, actuó el coro de la hermandad de San Antonio, que así tuvo un gran detalle con la que es, sin duda, una de sus hermanas más activas y emblemáticas, pues también es la capataz del paso del santo cada Martes Santo y en el día de su onomástica.