Gafas de espejo

Publicado: 23/07/2019
Autor

Remedios Jiménez

Licenciada en Historia, docente jubilada, integrante del Aula Atenea del Ateneo de Jerez y de varios clubes de lectura

Atando Cabos

Una mirada sobre lo que nos pasa día a día, bajo los titulares de la incesante actualidad

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Qué tiene que ver la orientación sexual con el ejercicio de la política, ni con la ejecución de cualquier trabajo
Es imposible verle los ojos a quienes llevan gafas de espejo. Miro a sus labios como segunda opción, pero me canso, porque no pretendo besarlos. Ni tampoco me interesan sus movimientos fonatorios que la única ventaja que tiene seguirlos es librarme de los perdigones. Prefiero decir dirigiéndome a unos ojos y que estos me hablen reforzando las palabras de mi interlocutor.

Qué vamos a hacerle, la vida está llena de incomodidades cotidianas y es difícil eliminarlas. Muchas vienen de convertirnos en reflejo de lo que nos rodea, porque la sociedad también usa gafas de espejo. Nacionalismo español frente a nacionalismo catalán, rechazo y temor a los inmigrantes, odio a la homosexualidad. Parapetados en el grupo, la barbarie se extiende como una mancha de aceite. La homosexualidad existe desde que el mundo es mundo, se constata en cualquier época de la historia y en todas las latitudes. No siempre se ha tenido en occidente la misma consideración sobre ella, para los griegos, por ejemplo, era una forma frecuente de vivir la sexualidad junto con la bisexualidad. La influencia judeocristiana ha hecho cambiar las cosas. Pero por qué no llegar a la conclusión de que es tan natural como ser hetero. Vivimos marcados por los convencionalismo, hemos dividido el planeta en hemisferio norte y en hemisferio sur, pero en el universo no hay norte ni sur. Además, hemos agrandado el norte en los mapas con los que enseñamos a nuestros hijos para justificar nuestra preeminencia en el mundo cuando la realidad es que hay más tierra al sur. Por qué no considerar que es algo absolutamente arbitrario que la heterosexualidad sea la norma y no la homosexualidad.

Pedro Zerolo, tristemente fallecido, acudía a su trabajo político bajo los insultos, sólo por ser homosexual. Qué tiene que ver la orientación sexual con el ejercicio de la política, ni con la ejecución de cualquier trabajo. Ahora hay quienes quieren volver a las listas para marginarlos de las actividades públicas. No siempre nos movemos en el progreso.

En el caso de las personas que no se sienten identificadas con su cuerpo, parece capricho someterse a dolorosas operaciones para no sentirse ajenos a si mismos. Todavía hay quienes rechazan a sus propios hijos por realizárselas o los que opinan que estas cirugías no deben ser costeadas por la Seguridad Social.

La bisexualidad es vista como puro vicio. Todos dispuestos a la lapidación, entre los que portan piedras, los asiduos a los clubes de alterne con sus luces de neón. Allí el sexo nunca es una opción de libertad, sino de cartera.

 

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