Cádiz

El Puerto afronta la llegada de algas con un protocolo de buenas prácticas para retirarlas

Tras el secado en arena, se trasladan a una plan de tratamiento en la que el 80% sirve para compostaje orgánico para la regeneración de suelos degradados

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  • Retirada de algas en las playas de El Puerto. -

La llegada masiva de algas a la costa es un fenómeno natural que favorece el saneado de las poblaciones de macroalgas y plantas marinas y actúan como barreras ante la erosión, además de servir como soporte para las dunas embrionarias y aportar materia orgánica y nutrientes a la flora autóctona, así como ser base alimentaria de muchos invertebrados que, a su vez, constituyen alimento de peces, insectos o aves marinas.

Pero los arribazones, nombre por el que se denominan las acumulaciones de algas, generan rechazo entre los usuarios de la playa, especialmente en las zonas de mayor afluencia turística, porque ocupan los espacios de estancia o baño y por el olor que desprenden.

La presencia la Rugulopteryx okamurae, la prolífica alga asiática declarada invasora en 2020 por el Gobierno de España, ha agravado el problema, que sufren, en el mar, los pescadores, que extraen sus redes llenas de ellas, y en el litoral, propios y foráneos bajo la sombrilla, sin ocultar sus quejas.

La única solución es retirarlas, pero no es sencillo. El Programa de Bandera Azul establece como Criterio Imperativo en el apartado de Defensa Natural y Regeneración de Espacios Litorales, que “las algas y restos vegetales no deben recogerse de las playas”, aludiendo a la necesidad de mantener la biodiversidad litoral, considerando la zona costera como un medio natural vivo y no solo como un “activo” de la oferta recreativa local, apuntan desde el Servicio Municipal de Medio Ambiente, Movilidad y Playas de El Puerto de Santa María. De manera que solo se puede hacer en casos en los que sea totalmente necesario y de manera sensible.

Por ello, los técnicos del Servicio Municipal colaboran con el Colegio Oficial de Ambientólogos de Andalucía, que ha editado recientemente el Manuel de buenas prácticas para el manejo y cuidado de ecosistemas litorales, y actúan de acuerdo a un protocolo que aplican a los 16 kilómetros de playa en el municipio.

El protocolo contempla la supervisión diaria de todo el litoral. “Mientras que las algas se mantengan dentro la dinámica del litoral, extendidas y se desplacen de una zona a otra de la costa en función del oleaje y las mareas, dejamos que sigan su evolución natural”, explican.

“Aquellos arribazones que son de una magnitud considerable y en arena seca u orilla, bien por la presencia de obstáculos artificiales como espigones, bien por la existencia de bajos rocosos, y que comienzan a descomponerse y a presentar mal aspecto u olor son retiradas, una vez tenemos la confirmación de la inspección municipal”, agregan.

Los trabajos de recogida se realizan en horario nocturno, con medios manuales y materiales, con la intención de producir el menor impacto en el medio y las menores molestias a los usuarios de las playas. Primero se acumulan para que se sequen y reduzcan su peso y, posteriormente se transportan en cuba al Parque Guadalete, donde en torno al 80% se destina a enriquecer el compostaje orgánico de los restos de podas, talas y trabajos forestales para su uso en suelos degradados. El resto acaba en el vertedero.

Precisamente la pasada semana, investigadores de la Universidad de Cádiz (UCA), implicados en el proyecto, visitaron el Centro Municipal de Playas y Espacios Forestales para ver la maquinaria que se está utilizando y el posterior procesado.

El Servicio Municipal se está empleando a fondo este verano. Cosa de los vientos, señalan. El de Poniente favorece la llegada y acumulación de algas. Entre el 25 de junio y el 3 de julio, hubo que actuar en La Puntilla y, en ese mismo periodo, entre los días 26 y 27 de junio se llevó a cabo la retirada en El Buzo, acopiando los restos en la base dunar de la playa de Mochicle para, el 3 de julio, ser recogidas y trasladadas al centro de tratamiento.

Ese mismo día se actuó igualmente en La Muralla, con la retirada, hasta la fecha de 30 metros cúbicos de algas; también en estas fechas se ha hecho lo propio con 40 metros cúbicos en La Puntilla.

 

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