Los corrales de pesca constituyen uno de los atractivos turísticos de primer orden en Chipiona. Una parte fundamental de la localidad por un elevado valor histórico, cultural, e incluso natural, teniendo en cuenta que son un
hábitat natural imprescindible para el desarrollo de muchas especies. Un escudo para defender la costa de la erosión marina.
Ahora, en época estival coincidiendo con el aumento de la afluencia turística, los corrales reciben miles de visitas que siempre son recibidas con los brazos abiertos por parte de la localidad, también por sus grandes defensores de los corrales en Chipiona- el grupo ecologista CANS-, que muestran su satisfacción con la posibilidad de poder compartir su tesoro con los demás, especialmente con los jóvenes, a los que se les inculca de esta manera el amor y el respeto hacia el entorno natural. Sin embargo, desde CANS se han visto obligados a alzar la voz para denunciar la conducta inapropiada de algunos visitantes en los corrales. “
Arrancar o tirar partes de su estructura, romperlas en la nunca suficientemente desterrada actividad de captura de ostiones, o atentar contra las propias especies (ejemplo máximo en el caso de los populares “cangrejitos”) son situaciones y actividades que ya
no deben ser permitidas, y aún menos dejar que perduren en el transcurso del tiempo”, han denunciado desde el grupo ecologista.
Para frenar este tipo de acciones que causan un daño enorme a los corrales, desde CANS han pedido que se
refuerce la vigilancia en la zona, no “con el lanzamiento de un bando que nadie lee”, han expresado.
