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‘El desconocido’: a quemarropa

Un desasosiego que no decae. Un intenso microcosmos dentro de un vehículo en el que se explicitan, estallan y evolucionan las enconadas relaciones familiares...

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Dos directores y guionistas de la última hornada del cine español tienen sendas películas actualmente en cartelera. Pertenecientes casi a la misma generación, tan solo cinco años les separan. Gallego uno, de la cosecha del 75 y madrileño el otro, de la cosecha del 80. O lo que es lo mismo, Dani de la Torre con ‘El desconocido’ y Jonás Trueba con ‘Los exiliados románticos’.

No pueden ser más distintas. Pura adrenalina, la una. Plácida y casi contemplativa,  la otra. Acción trepidante en la primera. Ritmo lento, aunque fluido, en la segunda. Intensidad en la primera, reflexión en la segunda. Un guión muy sólido en la primera y una ausencia deliberada de escritura al uso en la segunda. Manejo del tempo radicalmente diverso en una y en otra. Una se adscribe a la opción genérica. La otra se ajusta a una narrativa más intemporal y atípica. Una posee un reparto muy sólido y la otra también, pero no profesional.

En esta entrada analizamos ‘El desconocido’, de Dani de la Torre.  En ella se nos habla de un ejecutivo bancario, con dos hijos, y ciertas tensiones matrimoniales que, al llevar a sus vástagos -una niña casi adolescente y un niño menor- al colegio, recibe una llamada amenazadora y peligrosamente explosiva. Ante el riesgo que corren los tres, inicia una carrera contra reloj para intentar reunir el dinero que le piden. Aprisionados en el coche, con el chico gravemente herido a posteriori, y la policía sospechando de él -que no puede contar lo ocurrido- como presunto secuestrador, tendrá que poner en juego su valor e inteligencia para salvar a los suyos.

102 minutos de metraje. El guión lo firma Alberto Marini. La fotografía, Josu Inchaustegui, y la música, Manuel Riveiro. Estamos ante un brillante debut, ante una potente ópera prima. Con una factura impecable, una producción muy cuidada y una puesta en escena que no da tregua al espectador. Espectacular,  pero nunca gratuita.

Un desasosiego que no decae. Un intenso microcosmos dentro de un vehículo en el que se explicitan, estallan y evolucionan las enconadas relaciones familiares.  Pero también otro tipo de relaciones de abuso y poder. Mientras, fuera se teje toda una trama defensiva-ofensiva en un impresionante despliegue, entre cuyos mandos también hay conflictos no resueltos.

Hay quienes no gustan de sus connotaciones político-sociales. Quien esto firma, discrepa de estas opiniones y, por el contrario, considera que están bien tejidas dentro del relato. Lo que sí le sobra es la explicitud del final. Debería haberla terminado antes… Luis Tosar está poderoso y magnético.

A buen seguro que le cae una nominación a los Goya por su enorme talento y esfuerzo interpretativo. Pero también se agradecen las presencias de dos actrices como Goya Toledo y, sobre todo, Elvira Mínguez, una secundaria de oro en este caso. Y, desde luego, de Javier Gutiérrez. No lo duden siquiera. Véanla.

http://sevillacinefila.com/

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