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Tirando de orgullo (1-1)

Digno empate del cuadro bético en El Madrigal ante el Villarreal pese a otro hurto arbitral que privó a los verdiblancos del triunfo

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  • Faltó muy poco -

Ante otro perjuicio arbitral más, el Betis supo en esta ocasión sobreponerse y sacar un empate, que no le supone una gran conquista en cuanto a la lucha por eludir el descenso, pero sí de cara a honrar la camiseta, tantas veces desechada muchas fases de la actual campaña.

Calderón apostaba por un equipo similar al que obtendría la clasificación europea. Salva y Amaya cubrían en el once las bajas de los sancionados Perquis y Reyes.

Aguerrido y con las ideas claras en la primera parte, el cuadro verdiblanco acumulaba hombres en defensa y en el centro del campo para evitar que el conjunto de Marcelino, se fajara con facilidad.

Moi Gómez en el 5’ de la primera mitad obligaba a Adán a emplearse a fondo con un disparo colocado desde fuera del área que el meta madrileño despejaba hacia córner.

El bloque castellonense no encontraba el juego adecuado para poder hincar el diente a su rival; pues los heliopolitanos, basculando la defensa y tirando veloces contraataques, sembraban inquietud en la portería visitante.

Leo Baptistao y Rubén Castro probaron suerte en sendas jugadas pero sus dos tentativas no corrieron la suerte que se esperaba. Pese a ello, buenas sensaciones del Betis al término de los 45 minutos.

Uche y Óliver sustituían a Nahuel y Perbet en el campo. Los mismos futbolistas en los verdiblancos en busca de poder, en esta segunda parte, ir a por el partido en busca de intentar dar la sorpresa.

En el minuto 52 llegaría la jugada polémica del encuentro. Remate con la cabeza de Rubén Castro que un defensa del cuadro castellonense golpea con el brazo sin que Iglesias Villanueva señalara nada punible al respecto.

Pero si la duda impidió pitar la pena máxima al colegiado del choque, no ocurriría lo mismo en el siguiente lance arbitral. Caída de Uche dentro del área por supuesto derribo de Javi Chica tras un mal control del lateral. Penalti injusto, pues el catalán toca el balón y no al adversario. Bruno Soriano se encargaría de transformar el primer tanto de la mañana en el minuto 30 de la segunda mitad.

No tendría nada tranquila la conciencia el trencilla del encuentro cuando instantes más tarde, compensando la equivocación anterior, expulsaba a Uche por doble amarilla de manera muy rigurosa.

Sin embargo, la contrariedad no mina al Betis de los últimos partidos que lucha hasta el final y así, Rubén Castro hacía el empate cabeceando un centro de Dídac a seis minutos del final del duelo.

Al filo de la derrota y la victoria, Adán salvaba milagrosamente un mano a mano ante Giovani y a continuación, era Asenjo la meta contraria quien a bocajarro, repelía de manera increíble un testarazo de N’Diaye en el descuento que de anotar, habrían significado tres puntos de oro para el cuadro bético.

Un punto que sabe a poco para la tabla pero que dignifica la elástica verdiblanca. Lo concerniente a Sánchez Arminio y su estamento está todo ya dicho. Una vergüenza.

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