Debido a la actual coyuntura tanto deportiva como institucional del Betis da para mucho. Son múltiples los errores que han de ser enmendados y las rencillas que, desde varios círculos vinculados, directa o indirecta en la entidad bética, encuentran el momento idóneo para poner en marcha la maquinaria en busca del interés personal por encima del colectivo.
Así, Manuel Ruiz de Lopera y sus cuatro colaboradores; Ángel Martín, Rufino González, Manuel Castaño y Javier Páez, confiados en la idea de que más tarde o más temprano, aquellas medidas cautelares que pesan sobre el exmandatario verdiblanco y su paquete accionarial del 51% se levanten, ya urden la posibilidad de establecer un nuevo status quo en Heliópolis en una continua lucha de poder que ahora parece presentarse más encarnizada que nunca.
Reunión que como es lógico, no ha sido bien vista por una gran mayoría del entorno del beticismo, que por otro lado valora que únicamente se busca la desestabilización en el proceso judicial que todavía en curso.
Pese a todo ello, Lopera sigue creyendo firmemente que volerá. Según desvelaba ayer Radio Sevilla, el exdirigente justificaba de esta manera la comida donde se pidió su vuelta: “¿Cuál es el problema, si somos los dueños?”, dijo.
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