A falta de incorporaciones, buenas son las salidas, pensará el actual director deportivo del Betis, Eduardo Macià, cuyo crédito, a día de hoy bajo mínimos, debe elevar si no quieres terminar con su trayectoria comandando los designios deportivos del club verdiblanco, prematuramente.
Hasta tres jugadores han abandonado la disciplina bética en el último fin de semana, acortando de esta manera el ingente número de futbolistas del que dispone el plantel heliopolitano.
Así las cosas, Matilla, desvinculado del cuadro bético, Rennella, cedido con opción a compra al Real Valladolid y Jordi Figueras, quien disputará la Liga turca a partir de ahora tras rescindir contrato con la entidad bética; dejan de ser miembros de la plantilla verdiblanca y ni mucho menos serán los únicos en marcharse a lo largo del mes de enero.
Paralelamente, el Betis se ha lanzado con todo por delante para intentar hacerse con los servicios de Juande Ramos y mientras aguarda la respuesta del manchego, como la pasada campaña, Juan Merino como puede, va sacando las castañas del fuego con un meritorio empate en Villarreal después de la humillante derrota en el derbi copero.
Algunas lenguas apuntan a la posibilidad de que sea el de La Línea quien de forma permanente se encargue de llevar el timón definitivamente en el primer equipo; si bien su falta de experiencia en la élite continúa siendo un hándicap importante para su candidatura.
Y es que a pesar de la mala racha que atraviesa el equipo de las trece barras, pues son ya 10 partidos de forma consecutiva sin ganar, los cinco puntos sobre los puestos de descenso mantienen una distancia suficiente en la clasificación de la Liga como para no precipitarse en la toma de decisiones. Eso sí, más pronto que tarde, el vestuario bético tendrá nuevos inquilinos.
Sin embargo, los conflictos abiertos no sólo tiene cabida en los órdenes de tipo futbolístico, sino también en lo que a la cúpula se refiere, pues ya se habla en el entorno de una posible salida del sillón presidencial por parte de Juan Carlos Ollero, muy quemado tras la destitución de Mel y cuya imagen, ha quedado tocada.
