¿Salud y felicidad para 2025?

Publicado: 05/01/2025
Autor

José Antonio Jiménez Rincón

Persona preocupada por la sociedad y sus problemas. Comprometido con la Ley y el orden

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La realidad, lo que de verdad importa, es poder tener garantizadas las necesidades básicas
La felicidad significa experimentar placer, tanto a nivel físico como intelectual, huyendo del sufrimiento, evitando los excesos, porque estos terminan provocando angustia. Epicuro, Filósofo Griego

Tanto el 24, Nochebuena, como el 31, Fin de Año, todos nos hemos propuesto y deseado salud y felicidad para el año 2025. Son estados emocionales y materiales necesarios para nuestra vida ¿pero solo con decir que tengamos mucha salud y felicidad es suficiente?, ¿o son frases hechas y luego si te vi no me acuerdo?

A lo largo de la historia, el hombre lo único que ha necesitado para vivir ha sido tener agua, fuego para calentarse y cocinar y disponer de comida. Para ello tuvo que evolucionar e ir descubriendo nuevas formas, nuevas maneras, para aprender a conseguir cada cosa, bien inventándola o creándola.

Y realmente, las necesidades que tenía el hombre hacen miles de años son las mismas necesidades que tenemos hoy nosotros, porque ¿quién no necesita tener una vivienda, comida, calor, agua y demás necesidades para poder vivir? ¿Acaso con desear felicidad y salud todo el año es suficiente? Pues no, no es suficiente, porque cuando nos quedan doce meses por delante no podemos saber si la diosa fortuna o el destino nos traerá esas prebendad o tendremos que esperar al 31 de diciembre de 2025 para saberlo. Solo entonces podremos determinar qué ha sido de nuestra vida duramente todo el año; si hemos estado enfermos, si hemos tenido problemas en la familia, en el trabajo, si hemos sido solidarios y felices.

La vida es muy complicada y aunque tengamos intenciones de hacer cosas positivas, la vida nos traerá cosas buenas y malas y no hay que lanzar las campanas al vuelo, solo asumirlas. Hay quien dice ¡qué mala suerte joder si me hubiese tocado aquella primitiva! Eso es vivir de ilusiones que no llegan a nada. La realidad, lo que de verdad importa, es poder tener garantizadas las necesidades básicas. Y como ejemplo ahí están las personas sin hogar y otras muchas que, por circunstancias de la vida, no se encuentran en condiciones de poder tener lo básico. Pero la mayoría de nosotros -afortunados- podemos decir que no nos falta de nada. ¿Qué es lo que pasa entonces? Pues que la Navidad se suele disfrutar como una fiesta con jolgorio, gastos elevados y comida abundante. Y el Fin de Año igual, pero añadiendo los regalos de Reyes. Un despilfarro para muchas personas que no pueden permitírselo.

La vida es vivir como viene, tener lo básico asegurado y que podamos tener para comer, agua, luz y una casa decente que es lo que hoy le falta muchísima gente. Es fundamental que los gobiernos hagan todo lo posible para que la gente tenga lo básico. Todavía hay sitios que no llega el agua ni la electricidad; hay personas que no pueden pagar los gastos de supervivencia y, por desgracia, mucha gente sigue viviendo entre cartones, desahuciadas porque no puede pagar la letra y la deuda le sirve al propietario para echarlos a la calle. Y al final estas personas terminan en la rue sin felicidad y sin salud.

¿Entonces, qué año queremos, un año feliz los 12 meses, o un año que no nos falte lo básico y que a los demás, a las personas invisibles que no queremos ver, tengan lo mismo que nosotros para vivir dignamente? Al fin al cabo la mayoría dispone para tomar una cerveza o para ir un día a comer fuera. Pagamos nuestras letras. Pagamos nuestras viviendas. Pagamos la comunidad lo pagamos todo, pero realmente no todo el mundo está así. Y lo importante es que todos estemos bien. Evidentemente, que tengamos salud y que tengamos lo básico. Y con esto lo que quiero decir es que cuando decimos muchas felicidades para 2025, en el fondo estamos diciendo que vivamos bien, que no nos pase nada y que la familia esté bien y que no nos falte trabajo y salud. Todo eso en el fondo es el significado de la palabra felicidad. Pero la felicidad es algo muy efímero, pues depende de muchos factores. A veces nosotros mismos nos complicamos la vida. Así que yo solo pido una cosa al año 2025: que todo el mundo, todo, tenga un plato de comida en la mesa. Que todo el mundo disponga de agua para beber y asearse. Que todas las personas de este mundo tengan un lugar donde calentarse y un techo donde vivir dignamente.

En líneas generales, que todos podamos tener lo básico y que esos miles de jóvenes que no tienen manera de comprar o alquilar una vivienda -porque los sueldos son paupérrimos y se le va el 50 o 60 por ciento en pagar la letra de cada mes-, tengan esa opción, porque ello sería que las administraciones habrían construido las viviendas necesarias. El 31 pasado, después de la toma de las uvas y entrada del año, les decía a mis familiares que la manera de saber exactamente qué nos va a deparar el Año Nuevo es esperar al 31 de diciembre. Y ahí veremos cómo nos ha ido, bien, regular o mal y si nos hemos portado bien con el prójimo. Que estemos todos y que no falte nadie que es en el fondo lo más importante. Pero claro, para esto hace falta que pongamos de nuestra parte, porque las personas a veces somos muy cerradas y culpables de muchas cosas que nos pasan. Así que muchas felicidades y salud para 2025, pero pongamos también de nuestra parte para que esos deseos de felicidad y salud se cumplan y no sean meras palabras para cumplir. Y que seamos solidarios.

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