Cádiz

‘La democracia cantada’ muestra el vínculo entre política local y coplas del Carnaval

Cinco especialistas debaten sobre esta relación en una iniciativa de Diputación de Cádiz que incluyó la actuación de una antología y un romancero

Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
  • Romancero en Diputación con ‘La democracia cantada’. -

Humor, reflexión, ironía, anécdotas, críticas más o menos ácidas y coplas han sido los ingredientes de ‘La democracia cantada’, la tercera actividad del programa ’45 de 45’ que la Diputación de Cádiz ha diseñado para conmemorar el 45 aniversario de los Ayuntamientos democráticos. En esta ocasión se ha procurado mostrar el vínculo existente entre los repertorios del Carnaval y la política local.

El vicepresidente primero de Diputación, Juancho Ortiz, introdujo el acto celebrado en el Palacio Provincial, agradeciendo la implicación de las personas y entidades que han sumado esfuerzos para representar ‘La democracia cantada’. El eje central de esta iniciativa ha sido una mesa redonda con cinco voces especializadas: la de dos autores consagrados como Antonio Martín y Antonio Rivas; la del presidente del Aula de Cultura del Carnaval de Cádiz, Antonio Montiel; la de la actriz, dramaturga, componente de la compañía ‘Las Niñas de Cádiz’ y autora de romanceros y chirigotas ilegales, Ana López Segovia; y la de la periodista con más de 20 años de experiencia en la cobertura del concurso del Falla, y actualmente en el equipo de Comunicación del Ayuntamiento de Cádiz, Nuria Agrafojo. El periodista de Diputación, Antonio Muñoz de la Vega, presentó el acto y moderó el debate.

‘La democracia cantada’ tuvo sus sobresaltos. Cuando parecía que el debate comenzaba irrumpió en el auditorio el romancero conformado por Sergio Torrecillas y María Domínguez. Dos monjas perdidas en el Palacio Provincial, desde los tiempos del ¡Qué rico Dios mío!, volvían a tener contacto humano como si hubieran viajado en el tiempo. Esta pareja aportaba la introducción musical, antesala de un debate que encauzó inicialmente Antonio Muñoz con preguntas específicas a cada miembro de la mesa y que luego fluyó libremente entre réplicas, reflexiones, comentarios y curiosas revelaciones.

La esencia del Carnaval de la calle a través de Ana López Segovia y su defensa sobre la necesaria libertad de las ilegales; la memoria de Antonio Martín y su capacidad para mostrar la evolución de los repertorios –y cantarlos- así como la relación con los representantes políticos; las interesantes aportaciones de Antonio Rivas y el relato sobre su experiencia en la coordinación de agrupaciones amplias, con diversidad de caracteres y tendencias; la percepción periodística de Nuria Agrafojo sobre cómo se encaja la crítica en dos direcciones: los representantes políticos en relación a los coplas que les dirigen, así como los propios autores cuando son los destinatarios de una columna o reseña; y las opiniones de Antonio Montiel, a caballo entre su experiencia como autor y su labor como investigador y recopilador de letras junto al equipo del Aula de Cultura del Carnaval de Cádiz.

El debate no fue lineal y se enriqueció con dos actuaciones de la antología diseñada para la ocasión, e interpretada por Los Joyeros Gaditanos que lidera Francis Sevilla Pecci: un pasodoble de la chirigota ‘Los enteraos’ (de José Luis García Cossío) dedicado a Teófila Martínez; la cuarteta “si yo fuera el alcalde de Cádiz…” del popurrí de ‘Los mendas lerendas’ (de Jesús Bienvenido y Andrés Ramírez); el pasodoble sobre Carlos Díaz que compuso la chirigota ‘Los príncipes encantados, gracias igualmente’ (de J.Miguel Villegas y Emilio Gutiérrez Cruz ‘El Libi en la letra, y José Luis Ballesteros ‘El Love’ y Antonio Martínez Ares en la música); el pasodoble de la comparsa ‘Encajebolillos’, de Antonio Martín, referido a la pérdida del hospital Mora y al diseño de una piscina en el antiguo Balneario; el pasodoble que la chirigota ‘Los cegatos con botas’ –de Emilio Rosado, Juan Romero, José Manuel Gómez y Paco Rosado- dedicó al barrio de La Viña; y un pasodoble de 1981 de ‘Los hijos de la noche’, de Enrique Villegas, sobre la desigualdad social y la falta de respuesta política.

A través de dos pases la antología confirmó los problemas que se cantaban y se siguen cantando, pese a las evoluciones y conquistas logradas, pero con escollos que forman una letanía que se repite ante la tardanza de algunas soluciones: la desigualdad social, la infravivienda, el desempleo, la esperanza en la política pero también el desencanto. Y se abrieron líneas de debate interesantes, como el machismo que a veces se revela en algunos repertorios que tratan a un alcalde por su gestión y a una alcaldesa por su físico.

Al acto acudió casi un centenar de espectadores que se llevaron, de recuerdo, un libreto con las coplas seleccionadas para ‘La democracia cantada’. Junto a Juancho Ortiz también estuvieron presentes la diputada de Igualdad, Susana Sánchez Toro y el de Asistencia a Municipios, Antonio Aragón, así como la delegada territorial de Desarrollo Educativo de la Junta de Andalucía, Isabel Paredes, y alcaldes y concejales de municipios de la provincia de Cádiz.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN