Falta poco más de un mes y medio para que comience el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de 2019. Un total de 149 conjuntos participarán en la categoría de adultos haciendo del próximo COAC el más largo de la historia. La fase preliminar ocupará la mayor parte con 24 sesiones, algo provocado directamente por la regla de seis agrupaciones por sesión, que a su vez viene dado por la norma de que el cabeza de serie actúe en último lugar. Una serie de decisiones que hacen efecto dominó y que culminan con un larguísimo concurso, perfecto para el aficionado, pero no tanto para los participantes, ya que puede pasar casi un mes entre la primera actuación y la segunda en cuartos.
Esos son algunos de los achaques que exponen los autores. Pero si hacemos un análisis en retrospección y echamos la mirada atrás una década, en 2009 el concurso tuvo tan sólo 25 sesiones, incluyendo la final. Bien es cierto que entonces actuaban casi el doble de agrupaciones por día y finalizaban rondando las tres de la madrugada. Además, las inscritas fueron 128, veintiuna menos que este año, y sólo concursaron 120 (una fue descalificada y otras ocho retiradas). Si nos vamos más atrás aún, en 1999 fueron tan sólo 99 participantes. En veinte años hay medio centenar más de agrupaciones.
Estos datos ponen en relieve que tal vez no sean las últimas modificaciones en la organización por parte de los colectivos —aunque estas también influyan— las que hayan provocado este alargamiento desmesurado del concurso, sino el constante aumento del número de participantes. Por lo tanto, es imposible que el COAC tenga una duración establecida previamente y, más allá de las discusiones por quién abre o cierra la sesión o en manos de quién recae la organización del mismo, habría que reflexionar con calma las posibles soluciones.
