Si los pecados capitales son siete, siete también son los componentes de esta chirigota chipionera. Lujuria, ira, soberbia, envidia, avaricia, pereza y gula. Cada uno representado de un color. Introducidos con pito de caña, sin guitarra, a bombo y caja y con una música añeja. Sonando como sonaban las chirigotas antes, así se presentan en el primer pasodoble.
La segunda letra de actualidad, dedicada al popular José Blas Fernández por su reacción al pasodoble de ‘El cerrojero’. Suena mejor que muchos grupos de doce. Fueron los cuplés quizá lo más cortito del repertorio. En el popurrí hacen un recorrido por cada uno de estos simpáticos pecaores.
