El presidente de la Junta, Pepe Griñán, ha escenificado en Jaén, territorio comanche, el modelo de gestión provincial que quiere y que en buena medida presentó en el pasado congreso socialista. Primero le da plenos poderes al Delegado del Gobierno y para ello acude al que hasta hace unos días era presidente de la Diputación, Felipe López, al que como todos en Jaén se consideraba cercano a Gaspar Zarrías. Lo hace explicando que a partir de ahora todas las competencias, al menos en un 95 por ciento, de todas las delegaciones provinciales pasan directamente a ser responsabilidad del nuevo Delegado del Gobierno, para lo que necesita un perfil más político, mientras que los delegados provinciales se convierten en una especie de directores de área, algunas de las cuales se aglutinarán para acometer la pretendida retención de gasto. Menos delegados y un solo hombre como plenos poderes al frente de la Junta en cada provincia. Aviso para navegantes.
Mar Moreno mueve también ficha en Jaén, provincia que ya ha intentado conquistar en alguna ocasión pero cuyo acoso no ha resultado ante el fuerte posicionamiento de Zarrías, en horas bajas tras quedarse como presidente del partido en Jaén en contra de lo inicialmente pactado con Griñán. Moreno cesa a Tily Santiago y la sustituye por Julio Ruiz, periodista jiennense que siempre ha llevado los asuntos de comunicación del partido en la provincia y que ahora asume la Dirección General de Comunicación. Lo hace suyo. Control y suma. Una bomba en plena calle Ancha de Jaén hubiese tronado menos que estos cambios.
Y en Cádiz pasará lo mismo. Cuestión de tiempo.
