Artículo de opinión del Dr. Antonio Monclova Bohórquez
Aquí no suelo tratar sobre hechos ocurridos fuera de España, pero haré una excepción con uno acontecido en el Reino Unido. En dicho caso, la inacción de las autoridades británicas y la reacción de la sociedad bien podrían interpretarse como una muestra palpable de que en los países europeos (incluido el nuestro) las relaciones sociales están sufriendo una deriva nefasta que está provocada por la progresiva prevalencia de lo políticamente correcto y las políticas buenistas.
Vayamos a los hechos. Hace unos días ha comenzado a conocerse detalles sobre cómo en el Reino Unido muchos políticos y funcionarios (policía, fiscalía y bienestar social) miraron hacia otro lado ante las atrocidades cometidas durante años por una trama organizada que utilizaba con fines sexuales a niñas menores de edad. Los hechos comenzaron a fines de los años noventa y se prolongaron durante más de una década, afectando a miles de niñas de edades comprendidas entre once y quince años, casi todas procedentes de áreas urbanas marginales, hogares desestructurados y centros de acogida de menores. Esta banda de criminales utilizaba a las menores en actividades de prostitución, haciéndolas víctimas de todo tipo de abusos y vejaciones, provocando que algunas muriesen y que cientos de ellas continúen desaparecidas actualmente.
En el Reino Unido hubo algunos funcionarios de bienestar social, policías y periodistas intentaron destapar el asunto, pero tropezaron con un muro de silencio o fueron callados con amenazas y despidos. Llegados aquí, el lector se preguntará por que las autoridades británicas no actuaron ni permitieron que otros lo hicieran y, aunque hay quienes consideran que algunas de esas autoridades habrían participado en las actividades de la trama, lo cierto es que en esta ocasión parece ser que existió otro motivo, tan asombroso como asqueroso.
Resulta que la mayoría de los implicados en la trama criminal son ciudadanos de origen paquistaní, un grupo étnico ampliamente representado en el Reino Unido. Por este motivo ciertos políticos y estamentos públicos británicos consideraron que si tomaban medidas contra los paquistaníes se arriesgaban a ser acusados de racismo y delitos de odio, sin mencionar la reacción que ello habría causado en la sociedad británica y el daño a la propia clase política.
La existencia de esta trama criminal no era del todo desconocida, pero hace unos días la ha publicitado el magnate Elon Musk en su red social X, como parte de los ataques lanzados contra Keir Starmer, el nuevo primer ministro laborista del Reino Unido. Musk le acusa de ocultar los terribles delitos cuando era Fiscal de la Corona, porque su partido es muy votado y apoyado por la comunidad británica-paquistaní. Mientras, en España, los de costumbre siguen ocultando a los autores de ciertos delitos para, supuestamente, no incurrir en xenofobia. Es triste. Fuerza y salud.