La magia de las ilusiones

Publicado: 26/12/2012
Afanas pudo disfrutar el pasado día 24 de una actuación de magia a cargo de Con Aire de Ilusión
Llevar la ilusión a través de la magia en unas fechas tan señaladas. Éste ha sido el principal objetivo de una actuación de magia que tuvo lugar el pasado día 24 de diciembre en la residencia Afanas a cargo de la Asociación Con Aire de Ilusión de El Puerto, y en colaboración con la Fundación Abracadabra. Y es que, mientras se desarrollaba esta actuación en El Puerto, se llevaban a cabo otras muchas en distintos puntos de toda la geografía nacional. “El mes pasado estuvimos en un encuentro y todas las asociaciones de magia acordamos en hacer los días 24 y 25 una gala de magia, cada uno en su ciudad, para aquellas personas que están en hospitales y residencias”, cuenta Jaime Peinado.       

Así, y con esta actividad se motivaba arrancar una sonrisa a estas personas que sufren discapacidad, así como hacerles partícipes de trucos tan habituales como hacer aparecer un conejo. “Fue una actuación muy especial, porque a pesar de que muchos no se puede ni mover de su silla de ruedas, todos querían tomar parte en esto, participar y actuar, y aunque son personas mayores, son como niños y todos querían formar parte de este momento”, explica Peinado.

Así, se cumplió, y con creces, el cometido de devolverles la ilusión en una fecha tan señalada como el día de Nochebuena.

Además, la magia está asegurada y es que este mismo viernes se desarrollará también en Afanas otro evento mágico. Del mismo modo, y aunque aún está la fecha por concretar, se llevará a cabo una actuación denominada ‘Una magia con mucha leche’, que pretende recaudar litros de leche a favor de la residencia de ancianos de Las Banderas. “A mediados de gente, y cuando la economía esté un poco mejor, queremos hacer otro evento de magia, pero como a veces se hace difícil soltar dinero, la entrada será aportar un litro de leche, que es lo que más necesitan aquí”, establece Peinado.

Con Aire de Ilusión nació hace 13 años cuando el nacimiento del hijo de Jaime Peinado trajo consigo, más que pan, una idea que traería muchas alegrías. “Mi hijo nació malito y yo me quedé con él en el hospital bastantes meses, pues durante ese tiempo hacía globoflexia a los niños que lloraban y decidí que había que hacer algo de esto, pero no sólo para los niños, sino también para los centros de mayores, síndromes down, niños autistas y otros que lo necesitan”.

Y es que, como apunta el propio Jaime Peinado, “tan sólo con sus sonrisas y con las reacciones que tienes, ya estás más que pagado”.

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