Alemania y Gran Bretaña acometen reformas radicales

Publicado: 07/06/2010
La canciller alemana, Angela Merkel, ha anunciado un drástico plan de austeridad que contempla medidas de ajuste presupuestario, como la reducción de 10.000 funcionarios y una bajada de sueldo del 2,5% al resto de empleados públicos, así como otras para elevar los ingresos mediante nuevos impuestos a la banca y a la energía nuclear, que pretenden reducir el déficit germano en 80.000 millones de euros hasta 2014, lo que representa el mayor programa de ahorro del país desde la Segunda Guerra Mundial.

Tras las discusiones mantenidas por el Ejecutivo en los dos últimos días para dar forma al plan de ajuste, la canciller alemana anunció ante los medios de comunicación un paquete de medidas encaminadas a "garantizar el futuro de Alemania", que hace un especial hincapié en el lado del gasto, puesto que "no se puede gastar más de lo que se tiene".

Entre las medidas más destacadas anunciadas por la canciller, el Gobierno espera reducir la plantilla de empleados públicos en más de 10.000 personas, mientras que el resto de funcionarios verán reducido su salario un 2,5%.

Asimismo, el programa de ajuste contempla una reducción de 40.000 efectivos en el Ejercito profesional, así como una reestructutación del servicio militar.

Desde la perspectiva de los ingresos, el plan de austeridad contempla introducir desde 2012 un impuesto a las transacciones financieras bancos, con el ánimo de recuperar parte de los costes asociados al rescate del sector financiero.

A este respecto, la canciller alemana afirmó que las posibilidades de alcanzar un acuerdo europeo sobre esta cuestión "no son malas" y calculó que este tributo permitiría recaudar unos 2.000 millones de euros anuales.

Por otro lado, Merkel anuncio la intención de imponer una tasa a las centrales nucleares, así como gravar el transporte aéreo doméstico, con lo que pretende obtener otros 2.300 millones anuales.

De este modo, el programa de austeridad pretende reducir el déficit en 11.200 millones el año que viene, así como en 17.100 millones y en 25.700 millones en 2012 y 2013, respectivamente, mientras que el recorte previsto para 2014 ascendería a 32.400 millones, según los cálculos del vicepresidente alemán, Guido Westerwelle, quien admitió en la misma rueda de prensa que "se ha vivido por encima de las posibilidades".

Reino Unido
El primer ministro británico, David Cameron, ha acusado al gobierno de Gordon Brown de "negarse a publicar información" sobre los intereses que el país deberá pagar en los próximos cinco años por su deuda, y que, según los propios cálculos del anterior Ejecutivo, ascenderán a 70.000 millones de libras (84.700 millones de euros).

En un discurso centrado en la necesidad de reducir el déficit público, Cameron apuntó que esta es "una cantidad asombrosa". "No me extraña que el anterior Gobierno rehusara publicar la información", aseguró.

Asimismo, recalcó que el Reino Unido gasta más dinero actualmente en pagar intereses de deuda que en el funcionamiento de las escuelas del país. "Pero 70.000 millones de libros significa gastar más en intereses de deuda de lo que ahora dedicamos al funcionamiento de las escuelas, al cambio climático y al transporte en conjunto", añadió.

En esta línea, destacó que esta cantidad supone también que de cada libra de impuestos que paga un ciudadano británico, diez centavos se dedicarán a hacer frente a estos intereses.

Por otra parte, el primer ministro británico reconoció que el problema de la economía del Reino Unido es "peor" de lo que pensaba y que las consecuencias del mismo son "más críticas" de lo que se temía.

Cameron señaló que el crecimiento económico del país en los últimos años se basó en aspectos que "no podían continuar para siempre" e insistió en que gran parte del déficit del país es "estructural" y ya existía antes del inicio de la crisis económica. "Es un problema anterior a la recesión, causado por el gasto gubernamental y unos planes que gastaban más de lo que se podría permitir", explicó.

Así, criticó que el modelo económico de los laboristas era "insostenible", ya que estaba basado en el boom de los servicios financieros, "que era en parte una ilusión"; en el auge de la inmigración, cuando "ya no es posible seguir trayendo más y más gente"; y en un elevado gasto gubernamental "que alguien al final tiene que pagar".

En este sentido, subrayó que el problema ahora no es tanto el tamaño de la deuda del país, sino su naturaleza, y destacó que las causas de la actual situación están "profundamente ligadas" a los graves errores económicos de los últimos trece años. "Aquí es donde el total fracaso económico del anterior Gobierno se pone al descubierto", afirmó


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