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España

El Zaragoza resuelve en dos minutos el partido

El duelo de equipos necesitados de puntos, aunque por distintos motivos, lo resolvió el Zaragoza en dos minutos (19 y 21) en los que anotó dos tantos y acabó con la ilusiones de un Celta muy flojo que demostró por qué se encuentra en la parte baja...

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Zaragoza     3   
Celta     0   

—Real Zaragoza—Doblas; Zapater, Ayala, Pulido, Paredes; Jorge López, Gabi (Generelo, min.75), Ponzio, Herrera; Ewerthon (Songo'o, min.60) y Arizmendi (Vicente Pascual, min.83).
—Celta de Vigo—Falcón; Edu Moya, Noguerol, Jordi, Fajardo (Rubén Lago, min.88); Jonathan Vila; Dani Abalo, Rosada, Michu (Danilo, min.66); Dinei y Ghilas (David, min.78).
Árbitro: Lizondo Cortés (Comité Valenciano).
Goles:
1-0     Ewerthon (m.19)
2-0    Jorge López (m.21)
3-0    Vicente Pascual (m.87)
Incidencias: La Romareda. 20.700 personas.

El duelo de equipos necesitados de puntos, aunque por distintos motivos, lo resolvió el Zaragoza en dos minutos (19 y 21) en los que anotó dos tantos y acabó con la ilusiones de un Celta muy flojo que demostró por qué se encuentra en la parte baja.

El equipo aragonés, con esos dos tempraneros goles, se permitió el lujo de jugar al tran tran durante el resto del encuentro porque un Celta inocente y carente de mordiente, en ningún momento le apremió para que pusiese en juego más de lo que necesitaba.

El equipo de Marcelino García Toral dejó visto para sentencia el enfrentamiento en sus dos primeras llegadas a puerta con una efectividad del cien por ciento.

En la primera, una excelente combinación entre Javier Arizmendi y Ander Herrera la finalizó a puerta vacía el goleador brasileño Ewerthon de Souza y, dos minutos después, el que anotaba era Jorge López en otra gran jugada trenzada entre Herrera y Ewerthon.

El Celta, que hasta ese momento no había demostrado nada, no levantó cabeza y anduvo como alma en pena sobre el césped de La Romareda.

Fue incapaz de rematar, en el primer periodo, una sola vez sobre la portería de un Toni Doblas que fue un espectador más.

Ni siquiera la clara ventaja local hizo que se estirara en busca de un robo de balón porque la tímida presión que realizaba lo hacía más de forma individual que conjunta y además con poca convicción.

Tras el descanso el equipo de Eusebio Sacristán pareció salir algo más convencido y con una presión más arriba dio una mejor sensación.

El Zaragoza siguió jugando al ralentí creó varias ocasiones para haber aumentado los guarismos del marcador, algo que consiguió al filo del tiempo reglamentado por medio del recién ingresado Vicente Pascual.

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