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Huelva

El acusado de asesinar a una mujer en un asentamiento en 2020 en Moguer admite los hechos

El fiscal solicita una pena de 25 años de cárcel por asesinato con ensañamiento, ya que llegó a propinar hasta 110 puñaladas a la víctima

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  • Imagen del acusado en el juicio. -

El hombre natural de Mali acusado de asesinar a puñaladas a una mujer --natural de Guinea Ecuatorial-- en un asentamiento de Moguer en marzo de 2020 ha reconocido los hechos ante el Tribunal del Jurado en el juicio que se celebra esta semana en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Huelva y en el que se enfrenta a una petición de 25 años de cárcel por parte del Ministerio Fiscal, que lo considera culpable de asesinato con alevosía y ensañamiento, ya que llegó a propinar a la víctima hasta 110 puñaladas en diferentes partes del cuerpo.

De este modo, pese a que durante la instrucción el acusado se había acogido a su derecho a no declarar, en el juicio finalmente ha comunicado que reconocía los hechos y ser el autor de la muerte de la mujer, así como del delito de hurto del que también se le acusaba --ya que tras matarla sustrajo varios efectos propiedad de la víctima que vendió posteriormente para huir--, la defensa ha rehusado hacer preguntas y Fiscalía ha reducido el número de testigos previstos, que en un principio era una veintena --entre los que se incluían agentes de la Guardia Civil--.

Así, en su testifical un agente de la Guardia Civil --secretario de la investigación--, tras ratificar los informes aportados, ha expuesto los detalles de la misma, explicando que tras el aviso se encontraron a la víctima "cabeza abajo", toda vez que ha precisado que a través de una hermana y una amiga de la asesinada pudieron averiguar que habían sido sustraídos algunas pertenencias, ya que "conocía todo lo que tenía", entre ellas, varios móviles y una manta.

Asimismo, ha indicado que un testigo, que conocía a la víctima, le facilitó información e incluso un número de teléfono que poseía el acusado en ese momento, así como que otros testigos apuntaron que días antes de que se descubriera el cuerpo de la víctima, varios de los habitantes del poblado realizaron una hoguera y "vieron a una persona manchada de sangre con una manta puesta".

En este sentido, el agente ha explicado que estas personas no pudieron precisar de quién se trataba y que el acusado argumentaba que la sangre era a causa de que "se había caído de la bici". Además, ha explicado que la manta fue reconocida por la hermana de la víctima ya que decía "que la tenía normalmente doblada cerca de la cama".

Asimismo, los agentes investigaron los móviles que habían sido sustraídos y la geolocalización de uno de los terminales "apuntaba hacia un grupo de chabolas", por lo que realizaron varios registros, pero su portador no era el acusado, sino un compañero de chabola, que también ha comparecido de testigo en el juicio, donde ha explicado que ese terminal "se lo vendió" el acusado por "30 euros" porque necesitaba "dinero para ir a ver a su hermano a otra ciudad".

Por otro lado, otro de los testigos, que ha asegurado conocer a la víctima, ha señalado al acusado como posible autor del crimen, ya que "tenía conocimientos de que era él" y además ha explicado que otras personas del poblado le comentaron que lo vieron aparecer en la hoguera con "sangre y cubierto con una manta rosa". Además, este testigo le comunicó a la Guardia Civil un número de teléfono que pertenecía al acusado, gracias a lo que se comenzó a "investigar las conversaciones" y pudieron dar con el acusado, según ha subrayado el secretario de la investigación.

En otro orden de cosas, en cuanto a las pruebas periciales, uno de los miembros de la Unidad Policial ha relatado que cuando llegaron al lugar de los hechos, se encontraron "la hoja de un cuchillo, encima de la cama y piedra con sangre en el suelo, entre una cajonera y la cama de grandes dimensiones, justo al lado del cuerpo de la víctima" que fueron enviados a investigar, toda vez que ha explicado que se encontró "una huella dactilar" en el cuchillo que fue cotejado una vez que el acusado fue detenido y se le pudo extraer una muestra de ADN y la toma de huellas.

Asimismo, otro agente de la Guardia Civil ha corroborado que días después del suceso se trasladaron a la zona donde se produjo la hoguera y "recogieron una manta de color rosa o roja, con sangre, a diez metros donde estuvo sentado" el acusado, y que esta prenda fue "reconocida" por una vecina de la víctima".

Aunque se preveía que el juicio durase hasta el miércoles, tanto la defensa como el Ministerio Fiscal presentarán sus alegaciones finales este martes y se entregará el objeto de veredicto al jurado popular para que comience su deliberación y el caso quede listo para sentencia.

El acusado se enfrenta a una petición inicial de condena de 25 años de cárcel por parte de la Fiscalía por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, así como a la pena de tres meses de multa a razón 10 euros al día por un delito leve de hurto.

El cuerpo sin vida de la mujer fue hallado la tarde del día 23 de marzo de 2020, siendo el acusado detenido en Sevilla el día 2 de junio de 2020 "tras haber huido y haber intentado sustraerse a la acción de la justicia". El investigado pasó a disposición judicial el día 5 de junio de 2020, acordando el Juzgado de Instrucción número 2 de Moguer la prisión provisional comunicada y sin fianza, prorrogada el día 10 de mayo de 2022 por auto del mismo juzgado por un tiempo de hasta dos años.

Por su parte, el escrito de acusación de la Fiscalía señala que entre el 19 y 20 de marzo de 2020 el acusado, "mayor de edad, sin antecedentes penales y en situación irregular en España", se personó en este asentamiento chabolista de Moguer y "se dirigió a la chabola en la que residía la víctima, de 29 años de edad, natural de Guinea Ecuatorial" y que "se dedicaba a ejercer la prostitución".

De este modo, "sin que conste que tuviera ningún tipo de relación, logró que la misma le permitiera acceder a su interior, ya que debido a la profesión que ejercía era usual que recibiera a personas del género masculino en su vivienda" y "una vez dentro, por motivos desconocidos, de manera súbita e inesperada, se abalanzó sobre ella, la golpeó fuertemente y la tiró al suelo, quedando ésta tendida boca abajo con la cara girada hacia la derecha, posicionándose sobre ella, inmovilizándola totalmente con su peso" quedando "inhabilitada de cualquier tipo de defensa".

Prosigue el escrito señalando que "con ánimo de acabar con la vida" de esta mujer "y además infringirle para ello el mayor dolor posible sometiéndola a padecimientos innecesarios y a un sufrimiento más intenso que el que se requería para causarle la muerte", sirviéndose de un cuchillo que portaba con hoja de acero de 15 centímetros de longitud y 2,9 centímetros de anchura "y, de manera reiterada, le propinó múltiples cortes, incisiones, laceraciones y heridas principalmente en la cara, en el cráneo, cuero cabelludo, abdomen, espalda y mano derecha".

La Fiscalía sostiene que, además, le clavó un tenedor "bajo la región glútea", hasta que "finalmente acabó con su vida haciendo uso igualmente de la mencionada arma blanca apuñalándola por la espalda en el corazón". "El número total de heridas que sufrió la víctima ascendió hasta la cantidad de 110 localizadas en las distintas partes del cuerpo, siendo la mayoría en el polo superior del mismo".

La causa de la muerte de la mujer fue "un shock hipovolémico secundario a herida penetrante cardiaca por arma blanca", si bien el escrito indica que "desde que el acusado comenzó a agredir a la misma hasta que se produjo su muerte, ésta sufrió diversas lesiones".

 

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