Los abusos de Telefónica sancionados por la Junta de Andalucía y las multas impuestas a la compañía, cuentan ahora con el aval de la Justicia
Imagínese usted que va al tendero del barrio, al de siempre, y le pide un cuarto de mortadela, y éste le pone también, sin que se lo pida, un cuarto de jamón york, y se lo cobra, sin informarle además, previamente, de a cuánto está el kilo. Su reacción, sin duda, iría desde la sorpresa hasta la indignación, y desde luego, querría que alguien se encargara de poner en su sitio al empresario estafador. Algo así es lo que ha ocurrido con la sanción de 440.000 euros impuesta a Telefónica desde la Junta de Andalucía, y ratificada ahora por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, por el cobro de un servicio no contratado y por la falta de información previamente del precio. Entre las cosas positivas que nos deja esta decisión, está la de que el consumidor está protegido, que hay unas normas que cumplir, y que si las empresas, que suelen estar en situación de ventaja, traspasa ciertas líneas, deben pagarlo. Es alarmante la cantidad de denuncias que hay contra las compañías de teléfonos en España en general, y contra Telefónica en particular, por lo que se antoja vital, que si cometen infracciones, se les meta en cintura. Por eso hay que animar siempre a la gente a recurrir, que hay cauces suficientes, asociativos e institucionales, preparados para ello. Es ser mejor ciudadano, pero también es parar los pies a quienes abusan, cuando deberían dar ejemplo de buenas prácticas, hacia los consumidores.
