En torno a 200 pacientes son atendidos anualmente en la Unidad de Cuidados Paliativos, sita en el Hospital Doctor Sagaz. Concretamente ocupan las diez primeras camas de la planta primera de las instalaciones hospitalarias.
El tiempo de estancia depende de cada paciente, pero lo que sí aclara el responsable de la Unidad, el doctor Alfonso Rojas Salcedo, es que “no toda la persona que llega a la Unidad de Paliativos muere”.
Y es que la experiencia médica ha hecho comprobar a los profesionales que más del 40% de las personas ingresadas logran vivir y siguen el tratamiento en su domicilio.
Los enfermos llegan en fase avanzada y enfermedad terminal con el objeto de mejorar su calidad de vida y conseguir estar sin dolor.
Ésta es la función del equipo médico, además de proporcionar una atención y, especialmente, un tratamiento integral y multidisciplinar al paciente. “No sólo observamos sus síntomas, sino su estado anímico o cómo lo está llevando su familia. El equipo de profesionales está muy concienciado y sensibilizado con la situación por la que están atravesando los pacientes en Cuidados Paliativos”, continúa.
Normalmente llegan por cáncer (2/3 de los pacientes) y otras patologías graves e irreversibles como insuficiencias respiratorias severas y crónicas, o neurodegenerativas, entre otras. El paciente que ingresa en la Unidad de Paliativos lo hace directamente, evitando su paso por el servicio de Urgencias del Complejo Hospitalario. “Se evitan así una situación complicada para el paciente y los familiares de éste”, reconoce Rojas.
La “coordinación” y el “consenso” son dos de las prácticas habituales entre los profesionales de la Unidad de Gestión Clínica de Cuidados Paliativos. De no ser así, el trato al paciente no podría ser igual. Se trabaja en equipo con los profesionales del soporte de cuidados paliativos domiciliarios, que hacen seguimiento a los enfermos en el hogar de éstos.
