Su infraestructura y equipamientos han permitido que Ifeja se haya puesto durante estos años a la altura de las instituciones feriales más punteras
Estos días se ha presentado un balance de la Institución Ferial. La puesta en marcha de este proyecto al servicio del desarrollo de la provincia no fue fácil, se trataba de una empresa nueva y esta tierra no es muy dada a la aventura y al riesgo, pero con el tiempo se ha convertido en uno de los grandes logros porque ha venido a demostrar, en especial a los sectores más emprendedores, que además del olivar y del aceite de oliva, hay otros ámbitos que se pueden y se deben exhibir. La dotación de infraestructuras y equipamientos, ha permitido que Ifeja se haya puesto al nivel de las instituciones feriales más punteras, que ha hecho que cualquier empeño o iniciativa empresarial fuera posible. De este modo la Expoliva, como joya de la corona, cuenta con un recinto a su medida, pero ha habido voluntad y acierto desde el principio, sin estar excesivamente condicionada por los beneficios, de hacer una programación variada tratando de atender la demanda de los colectivos más dinámicos, que se ha traducido en decenas de ferias y eventos. Hay que destacar el compromiso de las instituciones, sobre todo la Diputación, y el apoyo de empresas privadas como Caja Rural, en torno a un escaparate que ha significado un valor añadido para la capital. Ferias Jaén ha contribuido, no sin esfuerzo, a vender una imagen más dinámica y moderna, por lo que hay que felicitar a quienes la han gestionado porque este instrumento es ya un activo insustituible que juega a favor de la mejor cara de Jaén y puede seguir demostrando que desde aquí es posible hacer grandes cosas.
