Ya hay fecha para uno de los juicios más esperados, el del ‘crimen de la enfermera’. Según informó ayer la defensa del único imputado, Jesús A. P., el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número uno de Jaén, cuyo titular es el juez Miguel Sánchez Gasca, ha fijado el juicio con jurado para el próximo 19 de mayo. El 9 de octubre de 2012, Antonia González Osuna, aparecía muerta con una jeringuilla clavada en su brazo. Era enfermera y tenía 46 años. Desde un principio se creyó que se había suicidado, pero casi un mes después, cuando se conocieron los datos de la autopsia, que revelaba una muerte violenta como causa del fallecimiento, su esposo, Jesús A. P., fue detenido y enviado a prisión por orden del Juzgado de Violencia de Género de Jaén. La defensa siempre ha mantenido que Jesús no fue el autor de la muerte de su esposa porque no se encontraba en el domicilio a esa hora.
Tras ocho meses en prisión acusado de asesinato, el acusado salió en libertad el pasado 2 de julio. La defensa presentó un informe pericial elaborado por dos profesores de la cátedra de Medicina Legal de la Universidad de Málaga, en el que se cuestionaba la hora de la muerte de su esposa, que en un principio se fijó entre las 17 y las 18 horas del día 8 de octubre. El juez instó al Instituto de Medicina Legal de Jaén a que se ratificara o modificara su informe inicial. Y se produjo la rectificación. Fijaron la nueva hora en torno a las 21 horas, entre tres y cuatro horas después de su primer informe, por lo que el juez decidió ponerlo en libertad. Finalmente el Instituto de Medicina Legal emitió el informe definitivo. La hora volvía a coincidir con sus primeras predicciones, si bien existía una variación en la franja horaria, que dejaba varias horas sin coartada al acusado. La defensa solicitó el sobreseimiento del caso tras un nuevo informe que presentó en el que se cuestionaba la muerte por asfixia de la víctima, pero el juez lo desestimó diciendo en su auto que los informes revelaban “sin lugar a dudas que la muerte de Antonia fue homicida, y que no pudo ser causada por otra persona que Jesús”.
