La exportación de aceite oliva a los mercados internacionales puede paliar la crisis de bajos precios que soporta el sector
La iniciativa de la Caja Rural de ofrecer herramientas que garanticen la exportación de aceite de oliva a los productores y las cooperativas jienenses debe ser recibida como una apuesta certera para no perder un nuevo tren: el mercado internacional. Ante el eterno deseo de la concentración del sector y mientras llega o no llega y tras algunas experiencias fallidas del pasado reciente, el sector conservador y desconfiado (no sin razones) del aceite de oliva debe mirar al mundo sin miedo y siendo consciente de lo que es: el mayor productor de aceite de oliva en el planeta. Cada vez más países están reconociendo los valores saludables de nuestro oro virgen y lo que es más importante, que existe un mercado emergente mundial que va a demandar mucho aceite de oliva en los próximo años. Por ello, Jaén, su provincia y sus productores no pueden abstraerse de una realidad que se impone día a día con mercados tan golosos como el chino o el americano y deben convertirse en punta de lanza. Y todas las ayudas serán pocas para profesionalizar la externalización de un sector que continúa mirándose al ombligo mientras se queja por los precios (con toda la razón). El mercado exterior ofrece mejores precios que los raquíticos que el bajo consumo español a los gigantes de las marcas blancas. Una vez más, busquemos salidas, busquemos mercados y generemos riqueza e industria en torno al olivar y su aceite.
