Oscura transparencia

Es frecuente ver como en muchas ocasiones los políticos se vanaglorian de aquellas actitudes o atributos que o no se tienen o no interesa mostrar a la opinión pública y curiosamente se tapan repitiendo hasta la extenuación el mismo discurso. No es una virtud o defecto de uno u otro partido, porque en este caso nadie está libre de pecado para arrojar la primera piedra. Es lo que ocurre con el tranvía de Jaén y el informe que el equipo de gobierno del PP encargó a Ferrocarriles de Cataluña, que no olvidemos que estaba dispuesto a asumir la gestión del servicio, pero lógicamente, con aportación municipal, como ocurre con el transporte de autobuses sin que lo de transporte en este caso sea ningún eufemismo. El alcalde presentó ante los medios el informe sobre la explotación del tranvía y ofreció los datos que consideró oportunos. Sin embargo, el informe no ha visto, de esto hace ya casi dos años, la luz. Nadie conoce cuáles son las cifras reales que ofrecía Ferrocarriles de Cataluña, por lo que el discurso del alcalde no deja de ser un acto de fe para propios y extraños y sinceramente, flaco favor hace a la tan manida transparencia, máxime, cuando es el dinero público el que sirvió para que se llevase a cabo ese informe, fuese a través de quien fuese que se pagase. Salió del dinero de todos los jienenses. Y todos deberíamos poder consultarlo. De lo contrario, sería muy parecido a la censura.