Una espectacular luna llena presidió la noche en la que la banda granadina 091 volvía a Jaén, su segunda casa, algo que dejó claro su icónico cantante, José Antonio García, Pitos, en los primeros compases del concierto. La ya larga ceremonia de exhumación, que ha recorrido buena parte del país, llegaba a la capital, una vez más, de la mano de la iniciativa privada, a la que hay que felicitar como a todo aquel promotor que osa arriesgarse en la ciudad con la música, y mucho más, con una producción de esta envergadura. Solo dos pegas: con entradas a 33 euros no se debe hacer aparcar al público en mitad de los olivos teniendo un macroaparcamiento cerrado; y segundo, el precio de las bebidas, disparatado. El resto no fue más que un gran concierto, música en directo con dos grandes grupos locales, ‘Lola nos quiere’ y El gran oso blanco’ . Los de David ‘brutal’ Cárdenas, hicieron gala de su buen hacer, a pesar de los problemas de sonido en el escenario, con algunos giros brillantes a algunos de sus viejos temas y un buen puñado de nuevas canciones, mucho más contundentes y redondas. ‘El gran oso blanco’ estuvo demoledor, quizá en el mejor concierto que se les ha visto en Jaén desde que comenzaron su gira con ‘Deshielo’.
Y 091. Pasados siete minutos de las once, los de José Ignacio Lapido, con José Antonio García, Tacho González, Victor Lapido y Jacinto Ríos arrancaron el concierto con la instrumental “Palo cortao” para después poner a todo el público, más de dos mil almas, a saltar con ‘Siglo XX’. Los Cero no defraudaron a un público fiel que durante dos décadas demandó su vuelta, pero sus canciones no dejan de ser parte de la nostalgia, del sonido de aquellos noventa, el mismo que les llevó a su separación y a una brillante etapa de Lapido en solitario. Aún ahora cabe preguntarse qué hubiera sido de los Cero si el talento de Antonio Arias, que dejó el grupo para fundar Lagartija Nick y el de Lapido, hubieran conectado.
