Jaén

De Moya promete “sensibilidad especial y cariño” hacia Jaén

Hacienda se traslada desde hoy a la Glorieta Blas Infante por obras en el edificio de la plaza de la Constitución

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  • Con los responsables de Hacienda -

“Vamos a tener una sensibilidad especial y lo vamos a estudiar con todo el cariño del mundo”, fue el compromiso adquirido con el Ayuntamiento de Jaén por el nuevo secretario de Estado y excalde jienense, José Enrique Fernández de Moya, que el pasado viernes realizó su primera visita a Jaén. Lo hizo a la nueva sede de Hacienda en la capital, ubicada junto a la glorieta de Blas Infante, en la avenida de Andalucía (en el antiguo Hipercor). Será un emplazamiento provisional mientras se realizan obras de remodelación en su sede de la plaza de la Constitución.
Fernández de Moya no profundizó en exceso en la delicada situación financiera del Ayuntamiento jienense, y en cambio sí que destacó que la última reforma del IRPF llevada a cabo por el Gobierno de España ha supuesto para los contribuyentes de la provincia de Jaén un ahorro de más de 69,7 millones de euros en los dos últimos ejercicios tributarios. El número de jiennenses beneficiados por esa medida alcanza los 288.717 , que se han ahorrado una media de 242 euros. En Andalucía, el impacto de la rebaja ha afectado a más de 3,2 millones de personas, que han podido de esta forma ahorrarse 1.055 millones de euros.
Y el vicesecretario de Organización del PP, Miguel Contreras,  abundó en la ayuda del Gobierno a los ayuntamientos al destacar que el Plan de Pago a Proveedores, ha traído 384 millones de euros a la provincia de Jaén “para pagar facturas que estaban pendientes en los cajones de muchos ayuntamientos y que ha permitido salvar empleo de las pequeñas y medianas empresas”.

PSOE

El secretario general del PSOE de Jaén, Francisco Reyes, consideró una “mala señal” la “falta de compromiso” que, a su juicio, ha exhibido el secretario de Estado de Hacienda, José Enrique Fernández de Moya, con la provincia y con los ayuntamientos, al tiempo que lamentó que “todas sus palabras y todas sus declaraciones de intenciones acaban quedando en papel mojado”.

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