Jerez

La crisis de la vivienda agrava el ‘sinhogarismo’ en Jerez

El centro de día de Cáritas Diocesana acompañó a casi un centenar de personas el año pasado

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  • Las personas acogidas en el centro de día leyeron el manifiesto -
  • El perfil habitual en Jerez es el de un hombre, de entre 18 y 25 años, soltero, con estudios secundarios y de nacionalidad extranjera

Este domingo se celebra el Día de las Personas Sin Hogar. Como anticipo, organizaciones sociales y ONG, como Cáritas Diocesana, CEAin, Accem, Cruz Roja y Asoin, se congregaron a mediodía de este jueves en la plaza del Arenal para mostrar una realidad, la del “sinhogarismo”, que “la crisis de la vivienda y la precariedad laboral” están agravando de forma preocupante. Pero, también, para dar voz a algunas de las personas que atraviesan por esta situación y que, gracias a la implicación y el compromiso de estas entidades, intentan poner remedio a su delicada situación.

“Ahora mismo nos centramos en el acompañamiento, porque se encuentran en situación de exclusión social y necesitan ser acompañadas en ese camino para integrarse”, apuntaba Silvia Pérez, coordinadora de programas de Cáritas Diocesana.

Dos de ellas fueron las encargadas de dar lectura al manifiesto de esta jornada, en el que pusieron en evidencia que estamos hablando de “un problema individual, sino que concierne a toda la sociedad”. Asimismo, recalcaron que “la falta de reconocimiento y protección de nuestros derechos básicos nos aísla de la sociedad y nos invisibiliza. Hace que nos sintamos en soledad, con miedo y vergüenza,perdidos y perdidas, que sintamos rechazo, tristeza y sin orientación en este camino lleno de piedras y dificultades”.

El acto sirvió además para denunciar la “vulneración de derechos que sufren las personas sin techo y sin hogar”, ya que cada vez se están dando “situaciones de exclusión mucho más severas”, ya que se enfrentan a “muchas dificultades para el acceso a la vivienda, por el precio, y sobre todo si se trata de personas migrantes, que necesitan regularizar su situación. La dificultad del acceso al empleo también es importante para sentirse integrados”, recalca Silvia Pérez.

En lo que respecta a las cifras, Cáritas desveló que durante el pasado año acompañó a 550 personas sin hogar y sin techo en el conjunto de la Diócesis con una inversión de casi 100.000 euros. En el caso concreto de Jerez, a través del recurso del Centro de Día El Salvador “se llevó a cabo un acompañamiento integral y continuado a 97 personas”.

En cuanto al perfil de las personas atendidas, se observa que en su mayoría son hombres (un 92%, frente a un 8% de mujeres),aunque con un incremento del perfil femenino, con edad de entre 18 y 25 años (43%), de nacionalidad extranjera (53%), soltero (76%) y con estudios secundarios (57%).

Actualmente, además de este recurso diurno para personas en situación de sinhogarismo, Cáritas Diocesana ofrece un alojamiento digno a las personas participantes, ya que cuenta con tres viviendas de autonomía, entendiendo que una persona puede iniciar un proceso de desarrollo personal, si tiene cubierta esta necesidad básica primaria.

“Desde el centro de día se trabaja por su integración, con un acompañamiento integral, abordando la problemática de la exclusión social, desde la vivienda, la documentación, el empleo y los vínculos, ya que es importante sentirse acompañados. Ellos demandan mucha necesidad de ser escuchados”, apostilla Pérez.

 Todos los que acuden actualmente al centro de día están alojados en alguno de los tres pisos de los que dispone la ONG de la Iglesia. “Intentamos dar una respuesta de alojamiento digna y que sea algo que les ayude a entrenarse para tener su propio recurso de alojamiento, porque el objetivo es que ellos al final tengan una vida autónoma”.

Para ello también se hace necesaria la participación de las administraciones públicas, a las que también apelaron en la jornada de ayer, ya que “se prevé que el volumen real del sinhogarismo siga creciendo”.

  “Si eres mujer lo pasas mucho peor”

Reme se vio en la calle muy joven y la experiencia fue “muy mala, ya que lo pasamos peor por el tema de la defensa. No descansas”. Sin embargo, tuvo ocasión de tomar contacto con Cáritas y su realidad ha empezado por fin a cambiar. “Estoy muy agradecida, porque te acompañan desde que entran. El solo escucharte ya es un apoyo muy grande. Ahora voy muy bien, veo una luz, una salida, no estoy sola, y el que quiere puede”. También pide que no se juzgue a las personas sin hogar “por las apariencias. Todos tenemos derecho a vivir dignamente”.

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