El magnífico arquitecto Santiago Calatrava realizó para la ciudad de Venecia, hace diez años,un puente de acero y cristal. Estéticamente, este puente es acertadísimo para la maravillosa ciudad, nadie lo duda. Pero si lo miramos desde el punto de vista de las personas que lo cruzan cada día, la cosa cambia. El cristal no es un elemento de lo más adecuado para pisar, ya en seco es difícil, mojado es para equilibristas. El puente de la Constitución ha producido en diez años un saldo elevadísimo de caídas, de las cuales un importante número ha necesitado hospitalización. Las denuncias se cuentan por miles. Lo que me hace preguntarme: ¿la estética tiene ética? ¿En algún momento el arquitecto o su equipo pensaron en las personas que cruzarían el puente?
Esto me viene a cuento para la controversia que hay sobre si adoquinado sí y asfaltado no o al contrario, que hay actualmente en Jerez. El tema deviene en el enfrentamiento entre la solución más rápida y económica y la estética. Un casco histórico se degrada si pierde el adoquinado tradicional dicen los defensores del centro histórico.
El adoquinado hay que levantarlo cada dos por tres, se hunde y crea grandes socavones, los que tiene actualmente el tramo en conflicto entre Corredera y Cerrón son auténticas piscinas cuando llueve. Ir en coche por él, es retornar a la infancia y conducir el auto de los payasos. Para el Ayuntamiento y los damnificados por las obras reincidentes el asfaltado es la solución.
Entre todos los argumentos que se esgrimen no encuentro el punto de vista de las personas con movilidad reducida. ¿Alguno de los que opinan se ha puesto en el lugar de la persona que deba atravesar estas calles con una silla de ruedas? La minoría silenciosa puede incluirle en cualquier momento, una pierna o una cadera rota, una persona mayor en la familia y entonces de pronto se encuentra usted preguntándose cómo cruzan el centro histórico las personas que de forma permanente se encuentran en esta situación. Pues con dificultad, con muchísima dificultad. Así que si la Alcaldesa es de todos los ciudadanos para tomar decisiones que afectan a la movilidad, no estaría mal que tuviera en cuenta a este colectivo que, aun con sus dificultades, también acude a votar.
Ojalá lo que se lleve a cabo sea un equilibrio entre ética y estética como el propuesto por el urbanista Fustegueras, un adoquinado plano como el de Plaza Belén, podría ser una opción.
