"El problema de Intramuros no es la dinamización, es la despoblación"

Publicado: 29/12/2019
Tamara Jiménez, presidenta de la A.VV. Centro Histórico, hace una radiografía de la situación de esta zona, que en medio siglo ha perdido el 60% de su población
Doctora en Ingeniería Acústica, Tamara Jiménez (Jerez 1982) se mudó hace siete años al centro histórico y a medida que fue integrándose en este barrio residencial se fue dando cuenta tanto de las carencias como del potencial de este entorno y de su patrimonio. Tras ser la mano derecha de Alejandro González al frente de la AVV Centro Histórico, ha dado un paso al frente y desde hace dos meses preside uno de los colectivos vecinales más combativos de Jerez. Un cargo que afronta con una mezcla de “ilusión” y “miedo” por la responsabilidad que conlleva.  

¿Cómo ha sido este año para el centro histórico?

Ha sido un año complicado porque hasta que se hicieron las nuevas elecciones la asociación llevaba un periodo bastante largo en stand by. Una junta gestora se hizo cargo de la asociación porque Alejandro dimitió y la junta gestora no tiene poder de decisión pero mantiene la figura viva de asociación. Ha sido un periodo en el que no hemos tenido actividad hasta que a finales de octubre tuvimos nuestras elecciones. Estoy todavía aterrizando, porque aunque parezca que llevo mucho más tiempo llevo sólo apenas dos meses y, bueno, es una mezcla de ilusión y de miedo, porque es mucha responsabilidad, aunque es muy gratificante que haya vecinos que te paren, que te manden mensajes, te den ánimos y que estén contentos con tu gestión; que te comenten que tus declaraciones le representan. Eso te da un empuje a la hora de seguir trabajando y seguir reivindicando cosas que nosotros creemos que son justas. Además tengo una junta directiva maravillosa que tiene muchísimo conocimiento de la problemática que sufre Intramuros y con la que trabajo codo con codo y estamos intentando trazar un plan que ofrezca soluciones al centro histórico, al menos hasta donde esté en nuestras limitaciones.

Y dentro de ese plan, ¿cuáles son las prioridades que os habéis marcado?

En realidad la Asociación de Vecinos Centro Histórico no reivindica nada que no deberían reivindicar otros barrios residenciales. Recordemos que el centro histórico es residencial y esta consideración no la hago yo ni la hacen mis vecinos, dentro del PGOU y la zonificación acústica se establece que el centro urbano es centro residencial y como zona residencial los niveles sonoros límites admisibles son los de tipología residencial. Primero lo que reivindicamos es que se cumplan las ordenanzas municipales, sobre todo en relación a temas de veladores. Reivindicamos que las actividades de los establecimientos concuerden con sus licencias, sobre todo en el tema de la contaminación acústica, ya que hay algunos que tienen actividades musicales en aquellos locales que no están acondicionados para tener actividad musical. Reivindicamos principalmente que se establezcan políticas que rehabiliten y conserven el casco histórico porque al fin y al cabo el patrimonio del centro forma parte de todos los jerezanos, no sólo de las personas que vivimos dentro de Intramuros. Queremos que se regulen las viviendas turísticas y los apartamentos turísticos y que exista un plan real de repoblación del centro histórico porque al final la recuperación de Intramuros pasa precisamente por repoblar. Recordemos que en los años 50 Intramuros tenía una población de casi 14.000 habitantes y actualmente censados somos un 2%. Hemos perdido en medio siglo más del 60% de la población, creo que somos unos 800 vecinos en el corazón de una zona que tiene capacidad para albergar a 10.000 personas.

El plan de repoblación tiene ya tintes de reivindicación histórica. ¿El Ayuntamiento ha dado algún paso en este sentido?

No se ha hecho absolutamente nada. De hecho, nosotros pensamos que el Ayuntamiento tiene conocimiento y dispone de recursos, lo único que necesita es voluntad. Tiene técnicos con muchos conocimientos de la problemática de Intramuros. Yo le recomendaría que leyera un documento que, de hecho, editó el Ayuntamiento en 2014 para Emuvijesa. Lo hizo la urbanista jerezana Irene Luque. “Diagnóstico Intramuros” advierte de esa problemática que sufre Intramuros y cuyas soluciones pasan por repoblar. Ella lo que establece en ese documento es la necesidad de trazar un plan global que englobe todo Intramuros, donde hasta ahora sólo habían sido actuaciones aisladas. Es como ir tapando parches que no tienen interconexión unos con otros y vamos solucionando la problemática conforme va viniendo.

En lo que está insistiendo es en la ofensiva de la venta forzosa de locales. ¿Cómo la valoráis?

A priori pensamos que la subasta de inmuebles abandonados parece una buena iniciativa, sin embargo hay dos cuestiones que nos preocupan mucho. Una es qué pasa si la subasta queda desierta. Entendemos que el Ayuntamiento pasa a absorber el inmueble y actualmente el Ayuntamiento no tiene liquidez ni poder económico para poder invertir en liquidar ese inmueble. De hecho tenemos ejemplos muy llamativos de propiedades municipales abandonadas como son el Palacio Riquelme. Otra cuestión que nos preocupa mucho es el uso del inmueble. Según he leído, el nuevo comprador debe firmar un contrato con una serie de cláusulas que te obligan a edificar, a conservar y a rehabilitar previa solicitud de licencia de obra, pero no especifica nada sobre el tema del uso ni de mantener ese uso residencial. Entonces, si el objetivo de esa venta forzosa es evitar esa especulación, si nosotros facilitamos que se genere un cambio de uso de suelo, estamos facilitando la especulación, porque al final estos inmuebles pueden terminar convirtiéndose en apartamentos o en viviendas turísticas. Esas dos cuestiones nos preocupan bastante, a priori nos parece una buena idea, pero habría que atar esto.

¿Os habéis sentado con ellos para plantearle este asunto y otros temas?

No, de hecho todavía no hemos tenido ningún contacto con ningún grupo municipal. Hemos decidido empezar la ronda de contactos una vez que pasen las fiestas. Obviamente con el Gobierno local nos gustaría sentarnos, porque al fin y al cabo la asociación de vecinos no es enemiga del Consistorio. Al contrario, deben ser herramientas que utilice el Ayuntamiento para establecer soluciones.

¿Qué es lo que creéis que no puede esperar más?

El centro histórico no puede esperar más. Nos gustaría sentarnos con el Gobierno local para ver qué modelo quiere. Tenemos dos opciones: podemos tener un modelo de centro amable para la gente, con un plan de repoblación, condición además necesaria para que se recupere el comercio local, donde la hostelería, además de otras actividades terciarias, convivan de manera ordenada cumpliendo la normativa. O bien podemos tener otro completamente contrario: incómodo para los residentes, donde por cada establecimiento local que se cierra se abra un bar y solamente se establezcan licencias para apartamentos turísticos. No sabemos si el Gobierno local tiene ya un plan determinado, lo único que sabemos es que tenemos un Gobierno local que asiste a inauguraciones de apartamentos turísticos.

En otras provincias de Andalucía ya se han decantado claramente por el segundo modelo. Hablamos de Málaga, Córdoba...

De hecho desde la Asociación de Vecinos Centro Histórico de Jerez se crea en 2016 la Federación de Asociaciones de Vecinos Centros Históricos de Andalucía, con 14 AA.VV. de distintos centros históricos, lo cual nos facilita estar en contacto y de forma permanente con otros vecinos de centros históricos que tienen problemáticas muy parecidas a ésta y problemas a los que nosotros nos podemos adelantar en caso de saturación. Conocemos el problema de Málaga y hace varias semanas ya hay artículos en prensa de comerciantes que decían que iban a ponerse en huelga y a cerrar sus comercios por la saturación y la poca capacidad que tenía Málaga para acoger ese tipo de modelo de centro. Aunque no es comparable Málaga con Jerez de manera equitativa, podemos establecer el camino que ellos han recorrido para llegar al problema que tienen y, una vez que hemos conocido esto, establecer soluciones que sean aplicables.

Ha terminado la temporada de zambombas. Habéis pedido un plan especial para protegerlas tras advertir que el centro ha sido un macrobotellón. Se os ha criticado mucho por ello

Vaya por delante que a los vecinos del centro histórico les gustan las zambombas. Parece que no queremos zambomba, pero nos preocupa ese modelo actual que se promueve de la zambomba. Se ha sufrido el cierre de calles que no ha beneficiado al disfrute del centro, todo lo contrario, se han convertido en un macrobotellón. La mayoría de los organizadores de las fiestas se han olvidado de ese espíritu tradicional y en algunos casos han sido auténticos festivales de música al aire libre saltándose toda la normativa contra el ruido. Es verdad que tenemos un bando municipal que lo permite todo y es cierto y sabemos que los objetivos de calidad acústica -de hecho en el bando lo especifican- se anulan, pero se prohíbe expresamente equipos de amplificación musical, y sabemos que eso no se ha cumplido. Lo que exigimos es mayor seguridad, vigilancia y que se sancionen los incumplimientos. Eso en relación a temas de contaminación acústica y molestias vecinales.Y luego en cuanto a suciedad, ya hemos comentado que cuatro urinarios públicos en el centro con la previsión que había de visitantes, no es suficiente. De hecho el resto de calles ya no el sitio concreto de máxima actividad, sino en calles aledañas tipo cuesta del Espíritu Santo, en la zona del Arroyo, calle Francos, y callecitas pequeñas por Porvera se han convertido en un aseo enorme. Aunque consideramos que el plan especial de limpieza ha sido muchísimo mejor que en años anteriores, sí que es necesario que se amplíe a ese tipo de calles, ya no solo por recoger la basura los residuos de la zonas concretas donde se hacen las zambombas, sino extender el plan a esas zonas concretas que han servido de urinarios públicos.

Sí a las zambombas en el centro histórico, pero con más control...

Claro. Al fin y al cabo el centro urbano es una zona residencial y vive gente. Somos conscientes de que tiene que convivir con la actividad económica, pero la actividad económica, y en este caso el Ayuntamiento, tiene que respetar los horarios de descanso y sobre todo el tema de limpieza y salubridad. Y en cuanto al tema de la dinamización, es verdad que está en la calle el comentario de que luego decimos que el centro no tiene actividad (por las quejas vecinales), pero hay que tener claro que la problemática de Intramuros no se soluciona, por ejemplo, instalando una bola de 15 metros de luces en Plaza Belén, trayendo mucha gente a una zona totalmente deprimida, sin vecinos ni comercio. El problema de Intramuros no es la dinamización, el problema de Intramuros se llama despoblación. La dinamización en un barrio es una consecuencia positiva de la repoblación. Pensamos que la vida en el centro no la dan las actividades que se realicen, la vida en el centro existe cuando hay vecinos que viven ahí. La solución global de Intramuros siempre va a pasar por esas políticas de repoblación, que son además condición para recuperar el comercio local, que está, quizás no herido de muerte, pero somos espectadores de comercios de toda la vida que cierran y que al fin y al cabo su cliente potencial sigue siendo el vecino; si necesitas pan, ropa, alimento.

¿Vais a seguir con las manifestaciones anuales para pedir que se salve el centro histórico?

Sí. La haremos sobre febrero o marzo. Hay que recordar que la manifestación no es contra el Ayuntamiento, es una manera primero de reivindicar nuestro patrimonio y de dar un aviso de que el centro histórico de Jerez tiene un problema que queremos solucionar, y es una manera de hacer partícipe al resto de los jerezanos. Nosotros invitamos siempre a otros colectivos, hacemos una convocatoria abierta para que el resto de jerezanos hagan suyo el patrimonio y el corazón de Jerez.

Este año ha habido problemas con la tercera edición del Festival de Intramuros. El Ayuntamiento ha llegado a anunciar que no se haría en la Plaza del Mercado para el próximo año ante las críticas de los vecinos

Los vecinos de San Mateo estuvieron muy contentos las dos primeras ediciones del festival; era un enfoque alternativo, se organizaba con los vecinos y además se respetaban los horarios de descanso. El último concierto era siempre a las nueve y media y a las once la organización terminaba los conciertos e incluso se limpiaba la zona. Este año el último concierto, si no recuerdo mal, comenzaba a las doce de la noche, y San Mateo es una zona deprimida, es pequeña, y tiene una reverberación horrorosa y no tiene capacidad para un festival de ese enfoque, que de hecho parecía una miniprimavera trompetera. El problema realmente no es el festival en sí, de hecho las dos primeras ediciones estuvieron fantásticas y los vecinos estaban muy contentos, el problema es que el festival ha derivado a otro tipo de formato y otro tipo de festival con otro tipo de público y la Plaza del Mercado no tiene capacidad para acoger algo así. Recordemos que es una zona donde la mayoría de las personas son octogenarias y que sus dormitorios estaban a diez metros del escenario.

 No os gustaría que se fuera a otra zona entonces...

Cuando llegue el momento nos gustaría sentarnos con la organización y hacerles un poco replantear ese modelo de festival. Nos sentaremos cuando llegue el momento, cuando sepamos que se está volviendo a organizar, para encontrarnos en un punto común.

La declaración de Plaza Vargas, Tornería y calle San Pablo y su posterior suspensión y reactivación generó un malestar importante entre vecinos y hosteleros de estas céntricas vías. Recientemente ha habido nuevas mediciones. Además de representante de los vecinos, eres ingeniera acústica. ¿Cómo valoras todo lo que está ocurriendo?

Pues se han vuelto a hacer mediciones en Plaza Vargas, Tornería y San Pablo y consideramos que no se han hecho del todo bien. Normalmente cuando tú realizas unas mediciones para caracterizar la zona no solamente colocas micrófonos, como se hizo a cuatro metros, sino que también caracterizas actividad a actividad y haces una campaña de medidas in situ a pie de calle para poder establecer la radiografía acústica de esa zona de actividad. Esto no se ha hecho nunca, ni en las primeras mediciones, ni ahora. Primero hicieron Vargas, Tornería y luego las de San Pablo. San Pablo es una zona muy conflictiva y como ya sucedió con la primera declaración de ZAS, el Ayuntamiento no hace la función mediadora entre vecinos y comerciantes. Obviamente nosotros somos conscientes de que la actividad económica tiene que coexistir con los residentes, pero hay una normativa que se tiene que cumplir. Se declaran ZAS porque ya sabemos a priori que es una zona problemática y si hay una zona problemática habría que buscar soluciones. Pero en esta nuevas mediciones, los hosteleros de San Pablo cerraron la calle, limitaron el acceso a personas, abrieron toldos y estos no tienen que ser de última generación para que funcionen de apantallamiento de los micrófonos. Esas mediciones que se realizaron no eran representativas de la actividad real que tenía la zona, así que a las dos semanas se volvieron a colocar los micrófonos.

¿Estábais al tanto de que iban a volverse a medir los niveles de ruido?.

Realmente cuando se hicieron las mediciones a nosotros nos cogió un poco de sorpresa porque no sabíamos que se estaba volviendo a retomar el tema de las ZAS. Ahora lo que si habrá es un periodo en el que hay que filtrar las medidas, realizar el informe técnico y demás. En el momento en el que se publique, porque el informe tiene que ser público, ya sabremos lo que se ha hecho realmente. Hasta donde yo sé las mediciones que se hicieron en la calle San Pablo cuando se cerró la calle quedaron invalidadas completamente, por eso volvieron a traer los equipos de medición a los 15 días. Cuando estén los informes técnicos los leeremos y me sentaré con la junta directiva para ver si podemos hacer aportaciones o alegaciones.

¿Contáis con que se renueven estas zonas ZAS?

De hecho, no entendemos por qué han elegido esas tres zonas. Las ZAS son zonas de alta concentración de actividad terciaria, y en Jerez no solamente tenemos Plaza Vargas, Tornería y San Pablo. Hay otras zonas como Consistorio, Plaza Plateros, quizás Plaza Arenal no porque es un espacio muy amplio. Pero que una zona esté declarada como ZAS no significa que a los vecinos no les guste ir a los bares. De hecho yo soy consumidora de los bares del centro y de la actividad. De lo que se trata es de regular y de establecer un plan especial que vaya mejorando la zona poco a poco de manera puede coexistir la actividad económica con los vecinos sin ningún problema.

 

 

 

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