Esta petición nace, según la delegación provincial, “del incuestionable esfuerzo que la administración educativa, a través de ISE Andalucía, ha realizado para acelerar la terminación de dicha obra tras el abandono de la misma por la empresa a la que le había sido adjudicataria”.
Según la administración educativa, “en un tiempo récord, y agotando todos los recursos legales a su alcance, ISE ha conseguido concluir la zona docente donde es atendido diariamente el alumnado. Es cierto que restan aún otras zonas por finalizar, pero se trata de una actuación que no se justifica legalmente como obra de emergencia”.
Además, desde la delegación se apunta que “la dirección facultativa de la obra ha visitado el centro y va a emitir un informe por el que se garantiza la habitabilidad y seguridad de las instalaciones”. Por ello, Alcántara requiere de los progenitores “un ejercicio de responsabilidad. Con ello se daría a la administración el tiempo necesario para concluir legalmente la obra de este nuevo centro, que ha mejorado de manera sustancial las condiciones de escolarización de su alumnado. Un hecho que parece incuestionable y que no pueden dejar de reconocer”.
Rechazo a la petición
Mientras, la presidenta de la AMPA del centro, Montserrat Ghío, mostró ayer su desacuerdo con las declaraciones de Alcántara. Según Ghío, “las condiciones han mejorado relativamente, ya que en algunos casos ha sido así y en otros no”.
Así, los padres señalaron que “tendrán que garantizarnos la seguridad para que los niños vuelvan al centro, además de mostrar los permisos. Aún así, de momento, el día 3 no van a ir a clase porque no hay marcha atrás”.
Para la AMPA, “no tenían que haber metido a los niños en el nuevo centro en estas circunstancias. Los niños no son cabras. El otro colegio estaba más viejo pero al menos contaban con todas sus actividades”.
Ghío aseguró que “la comprensión la pedimos nosotros. Nadie nos ha dado respuesta a nuestros escritos hasta que no se ha dado cuenta a los medios de comunicación de la situación, entonces sí”.
Por ello los padres reclamaron “una solución. Nos sentimos engañados porque dijeron que las obras se iban a aligerar y no ha ocurrido así. Al revés, los trabajos se han ralentizado por segunda vez. No han cumplido el voto de confianza que les dimos”.
Además, Guío se pregunta “qué tiene que ver la obra con el transporte escolar. Cuando se avería el vehículo de transporte, los niños se quedan sin colegio porque hay padres que nos los pueden llevar”.
