Fue siempre una jugada característica de Fernando Torres. Coger el balón en las proximidades del vértice derecho del área rival, regatear a la carrera, esperar la salida del portero, y vencerlo por encima. Así marcó Torres a Alemania el gol que dio a la Selección Española la Eurocopa de 2008. Fernando Torres ignoraba en aquella noche de felicidad desbordada que su gol había abierto una época deslumbrante del fútbol español. Fernando Torres ha sido un jugador determinante en la reciente historia de la Selección, aunque de él se haya hablado menos que de otros jugadores. Y en la celebración de aquella Eurocopa recién ganada, Torres, entonces jugador del Liverpool, se envolvió en una bandera del Atlético, su equipo de toda la vida.
El significado de Fernando Torres en la historia reciente del Atlético es descomunal. Debutó, jovencísimo, en un partido en Albacete, cuando el equipo deambulaba por Segunda División, con una afición sin referentes, un presidente que entraba y salía constantemente de la cárcel, y con las arcas del club vacías. Entonces la hinchada rojiblanca convirtió al Niño Torres en una seña de identidad, en algo en lo que confiar y en lo que creer en un club que se desangraba, porque conocían la trayectoria del Niño en el club desde cadete y su amor hacia el Atleti. Fernando Torres ha sido durante casi dos décadas el gran ídolo de la afición rojiblanca. Al estadio Vicente Calderón iban en su día numerosos hinchas ataviados con la camiseta del Liverpool, con el ‘9’ de Fernando Torres a la espalda. Y el día de su vuelta al Atleti, el cuatro de enero de 2015, unos 45.000 aficionados acudieron al Calderón a darle la bienvenida en un recibimiento sin precedentes.
Fernando Torres anunció el lunes su marcha del Atlético cuando concluya esta temporada. Simeone ha prescindido de Torres en las alineaciones, lo ha degradado a un papel marginal. Pese a que el juego de Torres ha sido siempre bueno desde su regreso. Pero el adiós de Fernando Torres supone un daño descomunal para el Atlético, entidad que esta campaña ha cambiado de estadio e incluso de escudo. Las cosas del Atlético: cambiar de escudo. El Atlético, que lleva el suicidio en su genética, no cuida sus referencias. Y Torres forma parte del Atlético como los glóbulos rojos forman parte del organismo. No merece Torres una salida fría. El Atlético pagará caro este error, pero se trata de un club incapaz de aprender de su propia historia.