Ansu Fati

Publicado: 09/09/2020
Autor

Luis Eduardo Siles

Luis Eduardo Siles es periodista y escritor. Exdirector de informativos de Cadena Ser en Huelva y Odiel Información. Autor de 4 libros.

La escritura perpetua

Es un homenaje a la pasión por escribir. A través de temas culturales, cada artículo trata de formular una lectura de la vida y la política

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Con rostro de niño sorprendido, tímido y feliz, asoma con un fútbol de rasgos geniales, aunque todavía esté toda su vida por escribir
Decía Francisco Umbral que una generación es el rodeo que da el tiempo para producir un genio. El fútbol se ha convertido en una colosal industria del entretenimiento. Leo Messi es un futbolista genial, heredero de Diego Armando Maradona, aunque en una versión futbolística tal vez mejorada y una vida radicalmente alejada del malditismo que ha llenado de tinieblas y poesía mala la biografía del ‘Pelusa’. Y ahora emerge, con sólo 17 años, Ansu Fati, con rostro de niño sorprendido, tímido y feliz, que asoma con un fútbol de rasgos geniales, aunque todavía esté toda su vida por escribir y lo envuelvan más interrogantes que certezas como sucede con todo joven, aunque Ansu mire acertadamente el modelo futbolístico de Messi y Maradona.   

José Antonio Camacho afirmó hace años que los jóvenes debían echar la puerta del vestuario abajo para triunfar en el fútbol, y Ansu Fati ha decidido hacerlo en los recientes partidos que ha disputado con la Selección Española ante Alemania y Ucrania. Se trata de un futbolista impresionante que aún no ha alcanzado la mayoría de edad. Ansu exhibe un juego brillante de regates y goles, de esa emoción colectiva que produce lo imprevisto en el fútbol, todo lo que un jugador debe tener de ilusionista, de generador de magia sin truco. En los escasos minutos que disputó ante Alemania, Ansu conectó el tiqui-taca con la tradicional furia española, unió la finta de Joaquín a las pulsaciones desatadas de Telmo Zarra. Y en Valdebebas, el domingo, frente a Ucrania, juntó una clase superlativa con el desparpajo y la confianza que siempre lo han caracterizado. Porque Ansu cose el juego del primer al último minuto, ofrece rasgos de gran jugador que se permite grandes detalles. Y Ansu se ha convertido, con su tanto a Ucrania en el goleador más joven de la historia de La Roja, superando un récord que desde 1925 ostentaba un futbolista llamado Juan Errazquin.

Ansu Fati es una gran esperanza para la Selección y para el decaído Barça. Este tiempo terrible de pandemia precisa de héroes -auténticos o de ficción- que llenen el ánimo de la gente, y más si emergen desde las páginas del ‘As’. El inolvidable Andrés Montes hubiera gritado al ver a Ansu Fati: “Jugón, jugón”. 

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