Málaga

Los hosteleros del centro de Málaga, en pie de guerra para salvar las terrazas

“No permitas que entierren tu negocio” es uno de los lemas de la campaña #MálagaconlaHostelería. Piden que se actualice una normativa “obsoleta” al modelo productivo actual de centro “comercial abierto"

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“El centro de Málaga es patrimonio de todos, no lo destruyamos ahora”. Así de contundente se muestra Jesús Sánchez, presidente de la Asociación de Hosteleros de Málaga, que ha puesto en marcha la campaña #MálagaconsuHostelería, en medio de un arduo debate sobre la convivencia de terrazas y vecinos en el casco histórico. Mahos y Amares, los dos principales colectivos del sector que aglutinan casi 300 empresarios, aúnan fuerzas y no sólo simbólicamente, para pedir una ordenanza menos restrictiva que no tambalee el futuro de mesas y sillas y, por ende, el de los empleados. “No podemos taparnos los ojos, ni hosteleros, ni el gobierno local, ni los vecinos que tienen que entender que el centro es el escaparate de la ciudad”, asegura

Sánchez tiene claro que hay negocios que incumplen la normativa pero insiste en que los residentes “deben entender que no viven en Limonar o Cerrado de Calderón”. En un manifiesto que entregaron ayer al Ayuntamiento, reivindican además que se actualice la normativa de horarios, que se redefina el PGOU, declarando el centro como zona comercial abierta y que se declare Zona de Gran Afluencia Turística.

Las redes sociales se empiezan a llenar de fotografías con lemas en defensa de la hostelería que, defiende el presidente de Mahos, “sacó a Málaga de la crisis, queremos seguir colaborando”. Aunque, advierten, que lo suyo “no es una guerra como un pequeño grupo de vecinos quiere plantear”. “El entorno de la Catedral ha quedado precioso pero está falto de algo, no digo de hostelería sino de negocios que le den vida, nuestro temor es que empecemos a ensolar y desolar el centro”, dice.

Sánchez apunta a que los residentes en este enclave, “1.632 personas según he constatado en el censo, la mitad, empleados”, deben entender “dónde viven”. “El centro no se ha despoblado por la hostelería, sino porque se ha convertido en un motor económico, aquí viven más turistas o empleados del sector”, reivindica. Un debate que seguirán dando de sí y que, en su opinión está “mediatizado y politizado”.

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