Málaga

La EPA cifra en 7.900 personas el descenso del paro en Málaga

Con esta cifra correspondiente al cuarto trimestre de 2016 la tasa de paro se sitúa en el 25 por ciento

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  • Con esta cifra correspondiente al cuarto trimestre de 2016 la tasa de paro se sitúa en el 25 por ciento
  • El mayor número de ocupados/as se encuentra en el sector servicios con el 85,4%
  • El descenso es muy inferior al registrado en elmismo periodo del 2015: 21.500 desempleados/as menos

El paro en Málaga baja en 7.900 personas en el cuarto trimestre de 2016 con respecto al tercer trimestre del año y la tasa de paro se sitúa en el 25. Tras este descenso, la cifra total de desempleados en la provincia malagueña es de 190.100 personas, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA),  hechos públicos hoy por el Instituto Nacional de Estadística y recogidos pro el sindicato UGT.

La caída del paro en este trimestre ha sido considerablemente inferior a la que se registró en el mismo período del año anterior, que fue de 21.500 desempleados/as menos.

La Secretaria General de UGT Málaga María Auxiliadora Jiménez Zafra,  indicó que la tasa de actividad está en el 56.12% (-1.80%). En cuanto al número de ocupados, es de 570.100 personas en este trimestre, 15.800 menos que en el trimestre anterior. 

Si analizamos los ocupados por sectores, el mayor número de ocupados/as se encuentra en el sector servicios con el 85,4%; construcción (6,9%); industria con (5,6%); y agricultura (2.0%). En cuanto a la población activa,  ha bajado en 23.700 personas en disposición de trabajar, con un total de 760.200.

Jiménez subrayó que en cuanto a los desempleados por sexo, la población masculina  ha sufrido un incremento de 3.500 desempleados en este cuarto trimestre, en comparación con el trimestre anterior. Y la población femenina desciende en 11.500  desempleadas.

La tasa de paro masculina se encuentra  en la actualidad en el 24.29%, y la tasa de paro femenina se sitúa en 25.84%.

Ante estos datos, la Secretaria General de UGT Málaga, se mostró prudente: "es cierto que hay un descenso importante de las cifras de desempleo, recordemos que en este trimestre se refleja la campaña de Navidad donde se genera bastante empleo de carácter temporal; pero dicho descenso es considerablemente inferior al que se produjo durante el pasado año en el mismo periodo, que fue tres veces superior. Nos encontramos por tanto, y de nuevo, ante la extrema vulnerabilidad de un mercado de trabajo que no termina de recuperarse de los efectos devastadores de la crisis. Donde dicha recuperación del empleo es precaria y lenta, y donde lo que está ocurriendo en realidad es que la población activa desciende (jóvenes que se marchan fuera, desempleados mayores expulsados del mercado…) al igual que desciende la población ocupada, y donde el tipo de trabajo que se genera se caracteriza principalmente por su inestabilidad, temporalidad, parcialidad y estacionalidad.”

Jiménez continuó: “pese al triunfalismo de los discursos que oiremos hoy, pocos motivos hay para estar contentos, más que unas pequeñas migajas de esto que algunos llaman recuperación económica y que apenas sirven para paliar la situación de enorme vulnerabilidad y dureza por la que todavía pasan miles de familias y trabajadores/as malagueños/as. Hablar de salida de la crisis significa hablar de unas tasas de desempleo inferiores a dos cifras, de empleo estable y de calidad, de salarios dignos y condiciones laborales adecuadas y justas, y de acabar con las discriminaciones laborales que sufren mujeres, jóvenes, personas con discapacidad o mayores de 45 años, entre otros.”

“Y es que, finalizó la Secretaria General de UGT Málaga, las últimas reformas laborales han cumplido sus objetivos principales: han debilitado la capacidad de negociación de los trabajadores y trabajadoras, reduciéndola al mínimo; han devaluado los salarios, convirtiéndonos en más pobres y más vulnerables mientras las rentas del capital aumentaban; y han generalizado un modelo de empleo temporal, precario y estacional.  En definitiva, han consolidado un modelo en el que unos pocos ganan y la mayoría pierde, y donde no se plantea la restitución de los derechos que nos han sido arrebatados en estos años.  En realidad, en este nuevo orden de cosas, e independientemente de la coyuntura económica, la clase trabajadora de este país siempre va a estar en crisis, condenada a trabajos precarios y a salarios pobres, mientras las cotas de desigualdad siguen aumentando y cuando la brecha que separa ricos y pobres es cada vez mayor.  Mala forma esta de construir un futuro con garantías, si la mayor parte de la población queda abandonada. O se recuperan los derechos perdidos, o se restituye el contrato social que generó prosperidad y riqueza en Europa y diseñamos un modelo social inclusivo donde se redistribuya equitativamente la riqueza en el marco de un modelo económico y productivo diversificado en la provincia, y nuestra clase política se libra de ataduras e intereses particulares y responde a ello, o no cabrá extrañarse del aumento de la conflictividad social que se produzca”.

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