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Nueva condena a muerte de un chií por instigar a derrocar el régimen saudí

También fabricó veinte cócteles molotov, que lanzó contra patrullas de seguridad, y participó en varias marchas y funerales de personas que murieron en acciones de violencia

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El Tribunal Penal de Riad ha sentenciado a pena de muerte a un hombre por perpetrar ataques contra las fuerzas de seguridad e instigar al derrocamiento del régimen saudí durante protestas en la provincia de Al Qatif, de mayoría chií.

La corte explicó, en un comunicado, que el condenado intentó, junto a otros, hacer estallar una bombona de gas cerca de la comisaría de la ciudad de Al Auamiya, publicó hoy la edición saudí del diario Al Hayat.

También fabricó veinte cócteles molotov, que lanzó contra patrullas de seguridad, y participó en varias marchas y funerales de personas que murieron en acciones de violencia.

Durante estas marchas, coreó consignas contra el Estado e instigó al derrocamiento de sus gobernantes, otro de los cargos que se le imputaron en este fallo en primera instancia.

Varios chiíes han sido condenados a muerte en los últimos años en Arabia Saudí y algunos de los casos han levantado gran polémica, en medio de la tensión entre la monarquía suní y la minoría chií del país.

A finales de octubre pasado, el Tribunal Supremo de Arabia Saudí confirmó la pena capital para el clérigo chií disidente Nimr Baqir al Nimr, que fue dictada en primera instancia en octubre de 2014, por desobedecer a las autoridades e instigar a la violencia.

Al Nimr, de 55 años, fue detenido en julio de 2012 por varias causas, entre ellas por apoyar los disturbios que estallaron en febrero de 2011 en la provincia de Al Qatif.

Su sobrino, Ali Mohamed al Nimr, y otros dos jóvenes activistas chiíes también fueron sentenciados a muerte, aunque fueron detenidos en 2012 cuando todavía eran menores de edad.

Amnistía Internacional (AI) expresó el mes pasado sus "crecientes temores" por la inminente ejecución de los tres jóvenes.

Al Qatif fue escenario durante 2012 de protestas y enfrentamientos debido a la marginación legal que sufren los chiíes, que no pueden ingresar en el Ejército o trabajar para los Ministerios de Interior o Asuntos Exteriores, entre otras limitaciones.

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