Notas de un lector

Un universo de complicidades

La editorial Siruela, en su colección Alevosía, da a la luz, “La lógica cotidiana de la felicidad” (Madrid, 2016), de Alain Gillot

Son muy diversas las novelas que a lo largo del pasado siglo tocaron el tema del deporte. Cabe recordar, entre otras, “La soledad del corredor de fondo”, de Alan Silliote, “La torre herida por el rayo” de Fernando Arrabal, “La media distancia” de Alejandro Gándara, “El Alpe D´huez”, de Javier García Sánchez, “El último set”, de Jordi Sierra y Fabra, “El paraíso de los caballos”, de Jane Smiley, “Esta historia”, de AlessandroBaricco, etc.
Títulos, en fin, que trataban el ámbito del atletismo, del ajedrez, del ciclismo, del tenis, de las carreras de coches…, y que se entrelazaban, a su vez, con personajes, escenarios y tramas muy distintas y sugeridoras.

    Ahora, la editorial Siruela, en su colección Alevosía, da a la luz, “La lógica cotidiana de la felicidad” (Madrid, 2016), de Alain Gillot. Este galo del 52, periodista deportivo, obtuvo con ésta, su primera novela, el premio “Sport Scriptum” 2015, y en la actualidad, su inesperado éxito, está siendo adaptado al cine.

La trama gira en torno al trío formado por Vincent, entrenador del modesto equipo de fútbol de la ciudad de Sedan, su hermana Madeleine, a quien persigue la mala suerte en su vida laboral y sentimental, y el hijo de ésta, Léonard, un tierno adolescente,apasionado del ajedrez y que vive aquejado del mal de Asperger, un trastorno neuro-biologico que deriva en problemas de sociabilidad, dificultad para cambiar las rutinas y en la carencia de conciencia de los sentimientos e intenciones de los otros.
La vida desordenada y confusa de Madeleine la obliga a pedir a su hermano que cuide durante unos días de Léonard. Vincent, un solitario convencido, maltratado por su padre en la infancia e incomprendido por su madre, se verá obligado a convivir con su sobrino durante dos semanas. En este tiempo, ambos irán descubriendo -¿descubriéndose?- un sorprendente universo de complicidades que los acercará de manera sorpresiva y singular.

Léonard se revelará como un excelente portero en el club de fútbol Sedan y su participación será un perfecto argumento para ganar confianza y domeñar su extrema sensibilidad. Para Vincent, la cercanía de su sobrino, tendrá un efecto entrañable y conciliador desde el punto de vista personal y familiar. El último esfuerzo por hacer que su anciana madre tenga un adiós feliz y su acercamiento amoroso a la doctora Catherine Vandrecken -quien ayuda a diagnosticar el mal de Léonard-, son claves a la hora de iniciar su nueva andadura vital.

     Alain Gilotdemuestra a lo largo y ancho de estas páginas una sobria solvencia narrativa, que deviene en la agilidad con que fluyen las peripecias de los protagonistas, la sabiduría con la que describe los anhelos y decepciones de éstos y la firme arquitectura lingüística con la que está construido el conjunto del relato.

     Una muy buena novela, en resumidas cuentas, emotiva y emocionante, que ayuda a entender mejor ese ámbito tan complejo de los afectos y desafectos humanos, de los sentimientos que afloran en el presente a causa de los instantes y escenas que habitaron el pasado.

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