A preguntas del fiscal y de su defensa, ha explicado que sufre "esquizofrenia residual" por la que recibe tratamiento médico
El hombre acusado de matar a uno de sus inquilinos, con el que discutía de manera habitual y a quien golpeó y asestó una treintena de puñaladas con dos cuchillos de cocina según la Fiscalía, ha admitido hoy en la Audiencia de Granada este crimen, aunque ha apostillado que "no estaba bien".
José Manuel A.R. es enjuiciado desde hoy por un jurado popular y se enfrenta a una petición fiscal por asesinato de 17 años de cárcel, solicitud que su defensa rebaja a 7 años y medio de prisión, al considerar los hechos constitutivos de homicidio y las circunstancias atenuantes de confesión y de enfermedad mental.
Durante la primera sesión del juicio, que ha comenzado en la Sección Primera tras la conformación del jurado, el acusado ha admitido que el día de los hechos, el pasado 22 de julio del año pasado, sobre las 21.00 horas, cogió dos cuchillos y apuñaló a unos de sus inquilinos, con el que había iniciado una discusión.
José Manuel ha asegurado que "no estaba bien" y, a preguntas del fiscal y de su defensa, ha explicado que sufre "esquizofrenia residual" por la que recibe tratamiento médico.
Según el relato de la Fiscalía, el crimen tuvo lugar en un piso de la calle Friburgo de Granada capital que el acusado compartía con varios inquilinos, incluida la víctima.
El escrito provisional de acusación del Ministerio Público, al que tuvo acceso Efe, recoge que con este arrendado discutía con frecuencia por su consumo de alcohol hasta que, en la fecha señalada anteriormente, se produjo un nuevo enfrentamiento en el que asesinó a la víctima.
La discusión comenzó en el pasillo por otro inquilino que decidió abandonar la vivienda y se trasladó hasta el dormitorio de la víctima, que inicialmente recibió puñetazos en la cara.
El acusado agarró un taburete y se lo rompió en la cabeza, lo que hizo que el fallecido, al que le gritaba "yo te mato, yo te mato", cayera al suelo.
José Manuel aprovechó la circunstancia para ir a la cocina, de la que regresó con dos cuchillos de 21 y 23,5 centímetros de largo y, "con la intención de acabar con la vida" de la víctima, según la Fiscalía, comenzó a apuñalar de manera reiterada a su inquilino, que falleció por asfixia y shock hipovolénico, ambos provocados por las heridas y la pérdida masiva de sangre.
Entre las lesiones, le provocó un corte de 13 centímetros en el cuello que le rajó la tráquea, 21 lesiones en la cabeza y la cara, nueve heridas en el tórax, una de ellas con gran hemorragia que aceleró la muerte, y otras lesiones de golpes y heridas defensivas en las extremidades.
El Ministerio Público ha tenido en cuenta que el acusado sufría esquizofrenia residual, pero sostiene en su escrito que "no alteró" su capacidad de decidir ni de actuar.
Cuando llegaron los agentes de la Policía, el acusado confesó de manera espontánea lo ocurrido.
El juicio continuará mañana con la declaración de testigos, policías nacionales y peritos, y está previsto que el miércoles las partes puedan presentar sus conclusiones e informes finales, antes de que el jurado se reúna para deliberar y emitir un veredicto.
