Punta Umbría

Carlos Fuentes: Cervantes abrió el camino a todos los novelistas

El escritor mexicano Carlos Fuentes, que acaba de publicar el ensayo "La gran novela latinoamericana", considera que Cervantes "abrió el camino".

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El escritor mexicano Carlos Fuentes, que acaba de publicar el ensayo "La gran novela latinoamericana", considera que Cervantes "abrió el camino" a todos los novelistas actuales.

En una entrevista concedida a Efe, Fuentes ha confesado que lee el Quijote todos los años, "por una cuestión de salud personal", y tiene siempre la sensación de "leerlo por primera vez".

"Cervantes -continúa- te permite saber lo que no puedes hacer como escritor, porque él ya lo hizo mejor, pero también te da pistas de lo que puedes hacer, porque él abrió el camino".

Ha publicado "La gran novela latinoamericana" (Alfaguara) después de que sus editores norteamericanos le pidieran un ensayo sobre sus lecturas latinoamericanas, una obra que ha salido en inglés y español y que, puntualiza, "no tiene una finalidad académica".

Fuentes propone un recorrido por la evolución de la novela en Latinoamérica, desde el descubrimiento del continente hasta nuestros días.

En ese recorrido, tiene una especial importancia Jorge Luis Borges, quien junto a Carpentier y Lezama Lima, "abren la brecha para el 'boom' que llegará después", un 'boom' que dará a conocer la literatura latinoamericana en todo el mundo, hasta el punto de que si hace unas décadas sólo había tres escritores mexicanos editados en Francia (Juan Rulfo, Octavio Paz y el propio Fuentes), en el Salón de París de 2008, dedicado a México, "se presentaron unos cuarenta, de los que veinte ya tenían obra publicada".

Sobre los efectos del 'boom', Fuentes opina que su gran aportación fue "escribir un puñado de buenos libros que han aguantado el paso del tiempo y liberar a la novela de la herencia naturalista y realista del siglo XIX".

La única novela latinoamericana del siglo XIX que se salva, señala el autor de "Cambio de piel", es "Blas Cubas", de Machado de Assís, porque "reconoció el parentesco que tenía con Cervantes".

El libro acaba con Juan Villoro, el más joven de sus apuestas, perteneciente a la generación mexicana del Crack, junto con nombres como Padilla o Volpi, que "ya tienen una obra consolidada y con una carrera encaminada".

En esa "visión personal" de la evolución de la novela latinoamericana, no ha faltado la polémica, sobre todo por las ausencias, que Fuentes atribuye a su "gusto personal" o simplemente a sus "lecturas".

Significativa es la ausencia de Roberto Bolaño: "No está porque no lo he leído. Prefiero que termine el ruido para leerlo en paz".

Dos excepciones se apartan en el ensayo de la regla estrictamente hispanoamericana, la brasileña Nelida Piñón y el español Juan Goytisolo, que encarna mejor que nadie ese "modelo cultural" de la tradición de convivencia de las culturas cristiana, judía y árabe que heredó América Latina, y que no se produce en Francia, Inglaterra o Noruega, apunta.

Percibe Fuentes que la literatura latinoamericana goza de buena salud en la actualidad, pero no puede obviar las diferencias con otras literaturas: "la literatura en español no tuvo la continuidad de la anglosajona, pues después del Quijote no hay casi nada hasta Galdós y Clarín, unos siglos de silencio que ahora tratamos de recuperar con mayor vigor".

La literatura francesa fue hegemónica en el XIX hasta que irrumpió la novela rusa a finales de ese siglo, y a principios del XX el papel protagonista fue para la literatura norteamericana.

Esa particular competición entre literaturas nacionales se ha roto en la actualidad con nombres como Salman Rushdie, Nadine Gordimer, Milan Kundera o Günter Grass, que "forman parte de una pléyade internacional".

Sobre la incidencia de las nuevas tecnologías en la novela, Fuentes expresa su optimismo: "a lo largo de su historia la novela ha sobrevivido a tantos desafíos, que es difícil pensar en su final, porque ha muerto y resucitado demasiadas veces".

Coincidiendo con la edición de "La gran novela latinoamericana", Fuentes ha publicado también "Carolina Grau" (Alfaguara), un libro de relatos que tienen en común el personaje de Carolina Grau.

"Carolina son todas las mujeres, que me permite dar una idea de la presencia de la mujer en la vida y en la narración", subraya el escritor mexicano, para quien a través de ese personaje puede "recordar a las mujeres del pasado e imaginar a las mujeres que vienen".

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