Este sábado, 16 de septiembre, el aclamado y consolidado festival Bahía Sound cerró su temporada con la actuación de la cantante isleña Niña Pastori. María, nombre de pila de la artista, pisó el escenario con gran fuerza nada más empezar los primeros acordes, dando el pistoletazo de salida a un concierto lleno de emoción y ritmo.
La actuación comenzó a las diez de la noche con un vídeo de presentación protagonizado por Juan Villar y Rancapino, cantaores flamencos gaditanos que han formado parte de la vida personal y profesional de la artista. Justo después, el cielo nublado dio paso a la lluvia, algo que no molestó al público presente, quien gritaba a coro la frase “es solo una nube”. Incluso la propia intérprete insistió en que la lluvia no era un problema y que la presentación seguía en pie.
El concierto se caracterizó por su gran dinamismo, con una Niña Pastori que interpretó canciones de su nuevo álbum Camino, como Bon día, una oda a Barcelona, ciudad que la “acogió con muchísimo cariño” y le ha “dado muchísimo”, según la artista. Además, quiso dar lugar a algunos de sus clásicos como Válgame Dios, Cai, La habitación o Amor de San Juan, y dejar un espacio en su boca para otros artistas como Alejandro Sanz con Cuando nadie me ve o Juan Luis Guerra y sus Burbujas de amor.
Sus padres y otros seres queridos quisieron acompañarla desde el público para que notaran su calor y apoyo, y para que disfrutaran del espectáculo junto al resto de personas que siguen su música y quienes vibraron con ella durante el concierto.
Talento en la provincia
Uno de los momentos más emotivos del mismo fue cuando María remarcó las figuras de Juan Villar y Rancapino, famosos cantaores de flamenco de la provincia de Cádiz, o Manuel Urbina, su guitarrista de la barriada de La Ardila, para recordar la importancia del talento que existe en la provincia y el que hay que cuidar con cariño, ya que afirma que no todos los artistas pueden presumir del valor, el cariño y el respeto que su tierra le tiene a ella.
El final del concierto sonó al compás de bulerías y, como broche final, Niña Pastori subió al escenario a algunos conocidos para que pusieran la guinda a una noche llena de alegría, ritmo y agradecimiento a una Isla de León que acogió una vez más a su paisana con calor y devoción. Fue el broche de oro a un festival más que consolidado.
