Francisco J. Romero Herrero tiene en sus manos parte del futuro que le espera al Partido Andalucista y buena parte de ese futuro depende de su gestión en el Ayuntamiento. Está al frente de delegaciones siempre en entredicho y en la peor de ellas, la de Medio Ambiente, optó por dar el paso adelante de presentar la resolución del contrato de la limpieza a Urbaser ante los supuestos incumplimientos de la empresa. Los recortes en Cultura lo han obligado a sacar agua de un pozo seco pero la gente no está ahora para pensar si lo ha hecho mal.
—Balance de las áreas y delegaciones en manos de los andalucistas, delegado.
—2013 ha sido un año con unos presupuestos prorrogados, afectados por el Plan de Ajuste y por lo tanto un año complejo por tener que seguir ofreciendo el nivel de los servicios públicos. Ha habido que gestionar de una forma imaginativa y austera y yo personalmente he aprendido mucho porque no es lo mismo hacer políticas con unos presupuestos expansivos que con unos presupuestos restrictivos. He intentado estar en la calle, escuchando a los ciudadanos y tratando de solucionar sus problemas pero no ha sido el mejor año para los grandes proyectos, esos que son capaces de transformar una ciudad.
—Usted lleva el área de Medio Ambiente que incluye la limpieza. Decía el alcalde que se había visto un pelín de mejoría, pero yo no he visto esa mejoría por ningún sitio. ¿Cómo va el proceso de recambio?
—Comparto con usted que la situación no es buena. Venimos arrastrando una mala prestación del servicio desde 2011 y yo la percibía como un ciudadano más pero también me lo trasladaban unánimemente los ciudadanos. Es una de las cosas más importantes en una ciudad para dar buena imagen. Lo primero que percibe el ciudadano es el estado de las calles. En 2012 visité cada una de las asociaciones de vecinos, cada uno de los barrios, y eso me llevó a la decisión de trasladarle a la empresa concesionaria la necesidad de corregir la situación. No lo hizo y desde el Área de Medio Ambiente se plantea la resolución del contrato porque los incumplimientos detectados por los inspectores eran de tal gravedad que la única consecuencia era la resolución. La verdad es que se ha demorado ese paso de llevar a Pleno la resolución del contrato y la licitación del servicio público. Para mí es indispensable culminar este proceso a lo largo de 2014. Está muy avanzada la documentación que desde la delegación de Medio Ambiente se tiene que trasladar al servicio de Contratación y espero que de aquí al verano tengamos una nueva adjudicataria. En los presupuestos de 2014 ha aumentado la partida para ese servicio, con lo que vamos a tener más dinero y hemos hecho un ejercicio de participación ciudadana para revisar el Plan Director. Vamos a intentar sacar un pliego que se adapte a las necesidades reales.
—La empresa que está actualmente puede optar al nuevo contrato.
—Podrá.
—¿La plica del contrato actual, que la hicieron ustedes los andalucistas, estaba bien hecha? O estaba mal hecha.
—Yo creo que estaba bien hecha, pero todo es mejorable. Estamos en una realidad cambiante, las ciudades cambian y lo que tienen que hacer los políticos es adaptarse a las nuevas realidades y a las nuevas demandas de los ciudadanos. Hay una zona que ha crecido exponencialmente desde el punto de vista demográfico que es la de Camposoto y por eso nos planteamos la necesidad de un segundo punto limpio que podrá ponerse en marcha con esta plica y vamos a recoger en el pliego cosas que han sido aportadas por los ciudadanos.
—¿Los contratos tienen mecanismos de revisión? Por que la realidad cuando se firma no es la misma que cuando han pasado los años.
—Hay un tema en el que yo he insistido mucho en este pliego que es un control de calidad. Tenemos que aspirar a la excelencia en la prestación de servicios a los ciudadanos en este caso uno tan sensible como es el de la limpieza y esos controles exhaustivos son un progreso, un paso adelante. Mecanismos contractuales de revisión de contratos lo hay, pero el contrato, una vez que se firma, es ley entre las partes y para modificarlos han de estar de acuerdo las dos partes. Pero esos controles de calidad pueden ser buenos para mejorar cosas que se nos hayan escapado en los pliegos, adaptarnos a la realidad y no estar tan encorsetados. Una de las cosas que se quieren implantar son grupos de trabajadores que van a estar destinados a solucionar las situaciones coyunturales que vayan surgiendo, lo que nos va a dar más flexibilidad a los que controlamos la prestación del servicio a la hora de instar a la empresa a que atienda ese tipo de situaciones.
—Un estudio del Tribunal de Cuentas dice que el servicio municipal es un 70 por ciento más barato y además de más calidad que la concesión a una empresa privada. Sobre todo de estas grandes empresas privadas que prestan el servicio en muchas ciudades y en todas tienen problemas y producen problemas.
—Por los datos que me facilitan la opción más viable para el Ayuntamiento es externalizarlo. Hoy por hoy, con planes de ajuste, no podríamos asumir toda la plantilla, hacerlos trabajadores municipales. En otros tiempos a lo mejor es más viable.
—Pero los siete millones y pico de euros están ahí, hay que pagarlos a la concesionaria. Si según el Tribunal de Cuentas es un 70 por ciento más barato, en cuatro o cinco años se pueden comprar los camiones y las máquinas y tener al personal municipal. Eso sí, el Ayuntamiento tendría más personal de plantilla y menos personal para meterlo los partidos políticos. Sería un ‘sacrificio’ para los partidos.
—La mayor parte de esa partida presupuestaria se va en las nóminas de los trabajadores. Municipalizarlo sería complicado para las arcas municipales en los tiempos que corren.
—Pero los 7,8 millones de euros están ahí. Y si hay un plan de ajuste lo que hay que ver es si una cosa cuesta menos. Aunque yo creo que ni siquiera se lo han planteado los políticos.
—Yo sí he traslado a los servicios municipales a instancias de otras formaciones políticas si es posible y lo que me dicen los técnicos es que no es aconsejable y que es mejor externalizar.
—Los técnicos están ahí para eso y nos tenemos que fiar de ellos. Otra cosa es que vengan otros técnicos y digan otra cosa y le tenga que decir usted a los técnicos municipales que le estaban haciendo mal las cuentas.
—En ese caso no le quepa la más mínima duda de que lo haríamos.
—El detonante de todo esto fue la campaña de Reyes del año pasado.
—Esa fue la gota que colmó el vaso. Un vaso que se estaba llenando desde bastante tiempo atrás. A mí me preguntaban en la calle si había huelga de trabajadores porque el estado de la ciudad era realmente lamentable.
—Este año sí ha recogido los cartones. Parece que está haciendo méritos para presentarse. ¿Usted lo ve con buenos ojos?
—Yo creo que fue mi decisión de abrir un expediente de resolución de contrato la que ha causado un tipo de reacción que es absolutamente insuficiente porque la ciudad no tiene el servicio de limpieza que merece. Pero por lo menos no hemos tenido la desastrosa campaña de recogida de Reyes del año pasado cuando la ciudad parecía tercermundista. Hemos ganado algo, pero los incumplimientos está ahí, están cometidos y lo que queda es la resolución del contrato.
—Usted es también el delegado de Cultura, una delegación siempre difícil pero más cuando hay una crisis económica general y la gente tiene otras necesidades. Aunque la cultura es también una necesidad, pero una necesidad prescindible temporalmente. ¿Cómo lo ha hecho para levantar una programación? Me supongo que no estará contento, ¿pero se ha hecho todo lo posible?
—Se ha hecho todo lo posible. Cuando en 2012 nos llega el recorte presupuestario teníamos claro que determinadas áreas, como Servicios Sociales, no podían sufrir. Pero Cultura sufrió un recorte muy importante, como pocas áreas y delegaciones, pero yo lo asumí porque lo más importante es la atención de los servicios esenciales. ¿Cómo lo hemos hecho? Pues con imaginación, negociando hasta el último céntimo cada actividad, cada espectáculo en el Teatro de las Cortes y mantenemos el Teatro dentro del circuito provincial como uno de los más importantes y hemos apostado por las actividades culturales que en cualquier caso han reportado siempre a la ciudadanía animación, movimiento, una plusvalía para la ciudad, para la economía… Hemos colaborado en la Noche Blanca en colaboración con los comerciantes de San Fernando… Y ya le digo que con los nuevos presupuestos, con ese balón de oxígeno, vamos a recuperar antiguas actividades culturales como el Premio Luis Berenguer.
—La cultura es siempre una inversión económica para la ciudad, pero eso no lo percibe el ciudadano. ¿Qué ocurre, que no se explica bien que la cultura es generadora de riqueza o que la cultura que se hace en San Fernando no genera riqueza y la gente no puede verlo como algo necesario incluso en una crisis?
—Yo tengo la convicción de que la cultura es esencial para nuestra formación como ser humano, es una necesidad consustancial al hombre. Y por otra parte, saber invertir en cultura es bueno para el progreso de la ciudad. Un importante porcentaje del Producto Interior Bruto de España lo generan las artes escénicas. Cada temporada del Real Teatro de las Cortes genera once puestos de trabajo directos, más lo que genera en la hostelería. Una actividad cultural relevante, en la calle, para el público y si puede ser, gratuita, beneficia al comercio. Por eso creo en las noches blancas, en las actividades culturales y lúdicas porque generan movimiento económico para los comerciantes. Lo que levanta a un país no son las grandes empresas, son sus pequeñas y medianas empresas, su comercio. Invertir en cultura siempre es bueno, aunque es humano cuando no podemos atender nuestras necesidades básicas que nos caiga un velo y no poder ver más allá de esas necesidades básicas.
—Quizá es que se invierte mal. Nosotros tenemos el privilegio de tener el legado de las Cortes y la gente lo ve como otro desfile de soldaditos por las calles. Sin embargo muchos pueblos se han montado en el carro del Diez y del Doce y promocionan actividades con menos de lo que tiene San Fernando. El Bosque, Grazalema… Y se les llenan los pueblos de gente y es bueno para el comercio. Allí sí y aquí parece que se está haciendo algo mal y desde luego lo poco que se hace no se hace de una forma continuada, no se hace una industria de la Historia.
—La Isla es una ciudad que debe reinventarse. Estamos en ese proceso, en esa transición y lo importante es saber qué queremos en el futuro. Los sectores productivos han sufrido reconversiones, como los astilleros y la presencia de la Marina a los que la ciudad se había acomodado. La generación que me toca tiene la gran responsabilidad de trazar un futuro, un proyecto, un modelo de ciudad y saber hacia dónde nos dirigimos. Y creo que nosotros hicimos un gran esfuerzo por concienciar a la ciudadanía, en el Diez y en los años precedentes, de que una de las posibilidades que tiene San Fernando en el futuro es su historia, su patrimonio. Hay elementos patrimoniales que hemos logrado recuperar y otros que están en vías de recuperación. Yo me imagino el Sitio Histórico del Puente Zuazo como un lugar de peregrinación, pero en otro país. No aquí. Pero ese debe de ser uno de los ejes del futuro de la ciudad. A lo mejor vamos lentos…
—Lentos, no. Se ha cortado.
—Ese espíritu del Diez se ha frenado. Pues yo trabajaré por recuperarlo si como usted dice se ha cortado, que quizá tenga razón. Pero vamos a recuperarlo aunque tengamos que hacer esfuerzos ímprobos con los colegios, con la ciudadanía, con los colectivos para dar a conocer nuestro pasado. Y el esfuerzo que hicimos creo que sirvió, a San Fernando se le puso en el mapa.
—Eso no lo discute nadie.
—El 24 de Septiembre de 2010 yo jamás lo olvidaré, no sólo por las responsabilidades políticas que tenía sino porque todos los telediarios abrieron con La Isla, todos los poderes de España estaban aquí, fuimos la capital de España. Ese esfuerzo mediático, de promoción, se consiguió pero había que seguir apostando y creyendo en él.
—Llegar no es fácil, pero mantenerse es lo más difícil. Y hablando de mantenerse, a un año y medio de las elecciones municipales, me supongo que se presentará. Me dirá que lo que diga su partido, como todos, “lo que diga mi mujer…”
—Le diré dos cosas. Una que es verdad, lo que diga mi partido. Otra es que yo sí quiero, deseo liderar esta ciudad desde el proyecto político que planteemos desde el Partido Andalucista. A lo largo de 2014 le plantearé a mi formación política que deseo, que quiero, que tengo un enorme entusiasmo y una enorme ilusión por presentarme como candidato en las próximas elecciones municipales y ser alcalde de esta ciudad. Y mi formación política decidirá si yo soy ese candidato.
-Viene trabajando para ello porque sale mucho en las fotos. Aunque la gente no entiende que un candidato tiene que tener un grado de conocimiento alto en la población para tener opciones y usted por muchas fotos que lleve lo mismo aún no lo ha conseguido. Y yo le he criticado en alguna ocasión por pasarse. ¿En su partido cómo están las cosas?
-Yo inicié esta nueva etapa en verano de 2011, una época complicada con unos resultados electorales muy negativos pero con un enorme entusiasmo y amor por la ciudad que es lo que me ha inculcado mi padre, que también se dedicó al servicio público durante mucho tiempo. Yo me planteo el trabajo duro compromiso en exclusiva por la ciudad de San Fernando, desde la humildad y la modestia que son los instrumentos de los que se tiene que valer un servidor público para transformar su ciudad y servir a los ciudadanos. Y efectivamente, desde verano del 2011 estoy haciendo un trabajo en la calle, al lado del ciudadano, escuchando y ayudando en todo lo que puedo e intentando también transformar y abrir una nueva etapa dentro de mi formación política. Creo que lo estamos consiguiendo, al menos lo percibo en la ciudadanía. Nuevos rostros, nuevas ilusiones que se están incorporando al Partido Andalucista y un reconocimiento a concejales y gente del PA que se ha partido la cara por esta ciudad durante muchos años. Pero ahora se abre una nueva etapa y está caracterizada por ese compromiso en exclusiva por los ciudadanos de San Fernando, por ese trabajo en la calle y por un nuevo liderazgo que es el que estoy intentando impulsar. Y con la convicción de que no dependemos de nadie, ni de Sevilla ni de Madrid, sólo quiero lo mejor para La Isla y defender los intereses generales.
