La Comisión Provincial de Patrimonio ha informado favorablemente el proyecto de intervención de las esculturas de Santo Domingo de Guzmán y Santa Catalina de Siena que se encuentran en el coro bajo de la iglesia del Convento de Madre de Dios de Sevilla. Además, ha tomado conocimiento del proyecto de iluminación para un programa de visitas nocturnas en el Alcázar y ha dado su visto bueno a la intervención arqueológica preventiva en las torres de los recintos primitivos del monumento.
En el caso del Convento Madre de Dios, las esculturas que se restaurarán son tallas completas de madera policromada obra de Jerónimo Hernández, quien las realizó entre 1570 y 1573. Son obras de gran valor artístico, de buena factura y de calidad, aunque su estado de conservación no es muy bueno, ha aclarado la Junta en una nota de prensa este miércoles.
Entre las patologías detectadas, Patrimonio ha destacado las grietas en el soporte de las esculturas producidas por las juntas de unión de las distintas piezas, provocando entre ellas separaciones y algunos desniveles; la pérdida de soporte en zonas puntuales de las partes bajas de las capas y los hábitos, así como levantamientos puntuales, zonas oscuras, cuarteados y pérdidas de este estrato que dejan al descubierto la preparación blanca.
También se puede apreciar el desgaste de los oros y estofados, además de la suciedad del barniz por la acumulación de polvo. El tratamiento propuesto intentará evitar la degradación de las obras por el "uso", lo que obligará a establecer mecanismos de control sobre posibles acciones externas como, por ejemplo, la instalación de iluminación eléctrica o de velas.
Por su parte, el Patronato del Real Alcázar ha previsto realizar un servicio de visitas nocturnas a los jardines amenizado con un espectáculo de luces compuesta por varias instalaciones vinculadas con la vegetación, distribuidas por los distintos espacios destinados a ello, que son el Jardín Inglés, el Jardín de los Poetas y el Jardín de las Damas.
En cuanto al proyecto de actividad arqueológica preventiva, se debe al interés que tiene el Patronato del Real Alcázar de Sevilla de abrir a la visita pública un nuevo itinerario que incorpore el paseo de ronda de las murallas de su primer recinto. Para ello, con carácter previo al futuro proyecto de adecuación del espacio, resulta "necesario" realizar una investigación de los lienzos amurallados y de sus torres, pues los resultados obtenidos redundarán en la redacción de dicho documento.
Por último, Patrimonio ha informado favorablemente sobre el modificado del proyecto básico de rehabilitación del edificio de la Plaza de San Francisco 11-12 para un hotel de cinco estrellas, así como el proyecto de ejecución de la primera fase, debido al hallazgo de un lienzo de muralla romana durante la demolición del interior del edificio, de manera que las variaciones entre el proyecto básico y el presente modificado se deben a la "reconfiguración" de la medianera y a la puesta en valor de los restos de la muralla, además de recuperar la montera del patio central del edificio 3 y el leve cambio en el contorno de los sótanos.
Con respecto a la actuación planteada sobre los restos descubiertos de muralla, la Junta la ha considerado "correcta" en cuanto que, partiendo de su estado de conservación, responde a los valores culturales evidenciados por los mismos, describe la metodología y los criterios que se manejan, sin que ello incida negativamente sobre los referidos valores culturales.
Por último y en la provincia, Patrimonio ha informado favorablemente el proyecto del Centro de Estudios Andaluces, entidad adscrita a la Consejería Presidencia, Interior, Diálogo Social y Simplificación Administrativa, de sustitución de la réplica del escudo original que corona la puerta de la fachada del Bien de Interés Cultural (BIC) Casa de Blas Infante de Coria del Río (Sevilla) por otra más similar al original.
El azulejo del escudo, cuyo original se exhibe en el Museo, y que fue diseñado por el dibujante Andrés Martínez de León en 1931 y lo realizó el ceramista Pedro Navia y Campos en 1932, perduró en su lugar de origen durante la Guerra Civil y la dictadura, se desmontó en 2002 con objeto de garantizar su conservación. En su lugar, se instaló una reproducción del azulejo realizado por los talleres Alfares y que ahora va a ser sustituido por otro más fiel al original.
