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Sevilla

Condenado un enfermero por la muerte de un alérgico al Nolotil

Un enfermero sevillano ha sido condenado hoy a tres meses de cárcel por la muerte de un paciente, a quien inyectó Nolotil pese a que la alergia a dicha sustancia constaba en su historia clínica y a los pies de su cama

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Un enfermero sevillano ha sido condenado hoy a tres meses de cárcel por la muerte de un paciente, a quien inyectó Nolotil pese a que la alergia a dicha sustancia constaba en su historia clínica y a los pies de su cama.

El enfermero M.R.R. iba a ser juzgado hoy pero el juicio no ha llegado a celebrarse porque el acusado ha reconocido los hechos y ha aceptado la condena pedida por el fiscal y la acusación particular, en una pena de cárcel que será sustituida por una multa de seis meses con cuota diaria de 6 euros, lo que equivale a 1.080 euros.

Los hechos sucedieron a las 13.30 horas del 25 de enero de 2007, cuando el enfermero inyectó a un paciente ingresado en la planta de Urología del hospital de Valme de Sevilla una ampolla diluida de Nolotil para mitigar el dolor causado por el cambio de la sonda vesical.

El enfermero no se percató de que el paciente era alérgico al Metamizol, principio activo del Nolotil, "a pesar de que dicha alergia era conocida y constaba en la historia clínica del enfermo e incluso a los pies de la cama", según la Fiscalía.

El suministro de tal sustancia dio lugar a una reacción anafiláctica que causó la muerte del paciente cuatro días más tarde, tras permanecer ingresado en la UCI, pese a que los médicos iniciaron de inmediato un tratamiento pues el error fue descubierto por el propio sanitario, que dio la voz de alerta y acudió a informar a sus superiores de lo sucedido.

La propia dirección del hospital informó de lo sucedido a la Fiscalía, que denunció los hechos en el juzgado de guardia.

Fuentes del caso han informado a Efe de que las dos compañías aseguradoras del enfermero indemnizaron en 90.000 euros a la familia antes del juicio y el propio procesado pagó otros 6.000 euros.

El procesado aceptó una condena por un homicidio por imprudencia, por el que inicialmente la Fiscalía pedía para él tres años de cárcel.

La esposa del paciente falleció durante la instrucción de la causa pero sus hijos, que han continuado las acciones penales como acusación particular, solicitaron las mismas penas que el fiscal.

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