Sevilla

Familias enteras sin casa y los sin techo como “mobiliario urbano”

Cáritas advierte de que los abuelos se están cansado de ser el colchón familiar gracias a su pensión

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  • Pobreza -

Cáritas de Andalucía ha detectado que la crisis ha hecho que familias enteras vivan ya en la calle, que los sin techo pasen desapercibidos como si fueran mobiliario urbano y que los abuelos se están cansando de ser el colchón que mantenga con su pensión a toda la familia.

La asociación ha presentado su campaña para las personas sin hogar, con motivo del día nacional que se celebra el 24 de noviembre, y ha entregado un informe según el cual el 30% de los sin techo andaluces tiene alguna enfermedad crónica, el 16% sufre trastornos mentales, el 37% son alcohólicos y el 51% ha sufrido alguna agresión.

La esperanza de vida de las personas sin hogar en Andalucía es 25 años inferior a la media de la población, según Cáritas, quien resume así su radiografía: “falta de salud, soledad, violencia y falta de tiempo para la esperanza”.

Según Auxiliadora González Portillo, secretaria general de Cáritas, hasta ahora la familia ha sido un colchón para la crisis, con abuelos que dan cobertura con su pensión a hijos e incluso nietos, pero “ya se están cansando”.

Ha explicado los “nuevos perfiles de la pobreza”, con gente muy joven e incluso familias enteras que ya viven en la calle y no solo en edificios abandonados o naves.

Anselmo Ruiz, presidente de Cáritas, ha destacado el “cambio más importante”, consistente en que cada vez se habla menos de los pobres debido a la “difícil situación” por la que atraviesan buena parte de los ciudadanos y a las numerosas cosas que la sociedad hace mal, lo que convierte a los sin techo en parte del mobiliario urbano.

Otra característica actual es que los inmigrantes venían antes a integrarse en España y ahora no encuentran trabajo y su evolución es hacia la exclusión social, ha explicado González Portillo.
Cáritas apunta como soluciones el reconocimiento de la renta básica como un derecho subjetivo y una ley de inclusión social que obligue a las administraciones y les fuerce a coordinar mejor sus políticas sociales.

Según Ruiz, uno de los problemas es que “se tira mucho dinero” y que “hoy se hace una cosita y mañana otra”, por lo que Cáritas se plantea como objetivo que “si nos gastamos diez, ocho vayan para las personas y no dos”.

En una encuesta hecha por Cáritas el pasado 5 de noviembre, 1.488 personas vivían en los 24 centros que la asociación tiene en toda Andalucía, con una media de edad de 40 años, el 85% hombres y dos de cada tres inmigrantes.

Cáritas ha detectado una presencia cada vez mayor en la calle de jóvenes extranjeros, antiguos tutelados por la Junta, que se ven sin experiencia profesional ni formación y sin redes sociales ni familiares de apoyo.

Además denuncia la aparición de nuevas nacionalidades de marginados, en especial procedentes de Mali, Ghana y Burkina Faso.

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