Sevilla

Unos 60 trabajadores de Casal protestan en la capital contra la \"represión\" en la empresa

Según las organizaciones

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Unos 60 trabajadores de la empresa Casal, según los organizadores, se han manifestado este sábado en el centro de Sevilla para protestar contra la "represión" que dicen sufrir por parte de la empresa, una circunstancia que el director de Casal, Ángel Díaz, achaca a una "posición electoralista ante unas inminentes elecciones sindicales".

   El secretario general del Sindicato Andaluz de Conductores (SAC) en Sevilla, Eduardo Ramos, ha rechazado, en declaraciones a Europa Press, que estas protestas estén relacionadas con las elecciones sindicales como ha defendido Díaz.

   Así, Ramos ha apuntado que en la protesta, que ha concluido en la plaza de la Encarnación de la capital hispalense sobre las 13,00 horas, se ha hecho un llamamiento, "no sólo a los trabajadores de Casal, sino también a nivel global, para que el pueblo espabile". Además, ha afirmado que la manifestación ha transcurrido "con total normalidad y sin ningún tipo de incidentes".

   Cabe recordar que los trabajadores de Casal habían convocado una manifestación este sábado para protestar por la "presión y la inseguridad laboral" que aseguran que existe en la empresa, algo que desde Casal se niega.

   En este sentido, los trabajadores apuntaban a la existencia de "presión y despidos disciplinarios", y que "en dos años se han producido una docena de despidos de este tipo, que después la empresa reconoce en su mayoría como improcedentes, pero el trabajador se queda en la calle". "Se salta la normativa en muchos casos", advirtió Ramos.

   Así, aseguró que entre los trabajadores "hay miedo a la represión y eso hay que pararlo", ya que afirmó que "no se respetan los descansos, ni los horarios", mientras que señaló que los horarios de las líneas son "muy ajustados, lo que puede llevar peligros". "Se viven situaciones extremas en la plantilla", indicó.

   Por su parte, el director de Casal, Ángel Díaz, apuntó a Europa Press que "en los últimos tiempos apenas se han producido uno o dos despidos improcedentes", insistiendo en que "los despidos que hay, que son muy pocos, no se califican como improcedentes". Del mismo modo, señaló que lo que sí se ha producido es "un despido disciplinario por una falta muy grave, según ha tipificado nuestra asesoría, por algo que se ha considerado intolerable y que el propio trabajador ha reconocido".

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