Sevilla

Reconocimiento a los héroes de la Madrugá y a una aprendiz de CSI

La Policía Local, en el día de San Clemente, ha distinguido a profesionales que de distintas maneras han contribuido a velar por la seguridad de los sevillanos

Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Cargando el reproductor....

Dos agentes que detuvieron a los implicados en los altercados de la Madrugá en la Semana Santa, siete salvadores de mujeres maltratadas o la limpiadora amante de CSI que recogió la prueba clave para condenar al autor de una violación mortal han recibido hoy los premios de la Policía Local de Sevilla.

Aunque la mayoría de los galardonados en el día dedicado a este cuerpo de proximidad, coincidiendo con la festividad de San Clemente, son agentes, la Policía Local también ha querido distinguir a otros profesionales que de distintas maneras han contribuido a velar por la seguridad de los sevillanos.

Una de las más felices al recoger su mención honorífica ha sido Carmen Moreno, o como la llaman y se autodenomina "Carmen la del pincho", por la herramienta con la que esta limpiadora recoge cada día los residuos del Parque de María Luisa, entre ellos los pañuelos de papel manchados de sangre que halló junto al banco en el que fue encontrado el cadáver de una mujer violada y que tuvo la acertada intuición de guardar, porque para eso se ha visto todos los capítulos de CSI y no duda en ofrecerse a "la Científica, al menos como observadora".

El ADN hallado en esos pañuelos fue crucial para condenar a Francisco Morillo Suárez por el asesinato y violación de esta joven, algo de lo que Carmen se siente muy orgullosa y aunque reconoce ante los periodistas que no se esperaba esta distinción, admite que su actuación fue "buenísima" porque aún no se explica "cómo eso se quedó allí", de ahí su ofrecimiento a la Policía Científica porque "siempre me he fijado en todo, soy muy observadora".

La Policía Local también ha distinguido a bomberos, sanitarios y vigilantes de seguridad como los primeros en subir con un desfibrilador a la Giralda para asistir a una persona infartada.

Pero sobre todo han sido reconocidos agentes como Santiago Lazpiuz y Joaquín Correa que la pasada Semana Santa formaban parte del operativo de la Madrugá para cortar el tráfico en el centro al paso de las procesiones y a los que comenzaron a acercarse personas "corriendo, incluso con lesiones" y "asustadas" ante una sucesión de avalanchas simultáneas que muchos creyeron fruto de un atentado.

"Se tranquilizaban al llegar a nosotros pero creían que les ocultábamos algo grave", ha explicado a Efe Lazpiuz, a quien junto a su compañero Correa "la colaboración ciudadana" condujo hasta el entorno de Marqués de Paradas donde detuvieron a tres personas pilladas "in fraganti" golpeando el mobiliario urbano y provocando los ruidos ante los que se produjeron las avalanchas que, al igual que la investigación de la Policía Nacional, descartan que estuvieran organizadas.

Pocas mujeres policía han subido hoy al estrado del Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla para recoger la cruz al mérito de la Policía Local con distintivo blanco pero una de ellas es la jefa de la Unidad Fiscal, Ana Bernal, que lleva 32 años en el cuerpo y ocho en esta unidad encargada de perseguir la venta ilegal.

En lo que va de año, en Sevilla se han incautado falsificaciones por valor de más de tres millones de euros, "sobre todo telefonía, ropa y calzado", y aunque intervienen en mercadillos y el top manta, las grandes operaciones, ha relatado a Efe, se realizan en naves donde cada vez es mayor el valor de lo que se requisa.

También han sido distinguidos siete auténticos ángeles de la guarda para las mujeres víctimas de la violencia de género como el agente Juan Salvador Sanz Guerrero, de la unidad de intervención nocturna, que recuerda especialmente el caso de una mujer a la que su exmarido tenía "secuestrada escondida debajo de la cama" cada vez que los agentes, ante la llamada de los vecinos, acudían a la casa.

Finalmente lograron entrar y "nada más que la saqué de debajo de la cama dijo que necesitaba ayuda", ha explicado, pero "estaba asustadísima, no se atrevía a hablar, me lo dijo flojísimo, para que no se enterara nadie".

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN